miércoles, 20 de octubre de 2010

INCREIBLES RELATOS SOBRE EL RESCATE DE LOS MINEROS EN CHILE 12 y 13 DE OCTUBRE 2010

Pocos han definido lo que harán tras el rescate:
LAS DUDAS SOBRE EL FUTURO DE LOS MINEROS

Algunos evalúan aceptar invitaciones al extranjero, como Víctor Segovia, quien iría al programa de Rafael Araneda en México. Muchos ya tienen decidido no volver a trabajar en un yacimiento, pero otros continuarán haciéndolo. Por ahora, la mayoría no sabe a qué se dedicará ahora que "son famosos".

Matías Bakit e Ignacio Bazán
Ya desde adentro de la mina, Pablo Rojas le había enviado un mensaje a su suegro preguntándole cuándo echaban a andar el pequeño yacimiento de este último. La historia la cuenta Magali Pinto, suegra de Rojas. "No había salido de la mina y ya estaba pensando en entrar a otra", dice ella.
Rojas es de familia minera y probablemente decidirá entre varias ofertas, las que ya han comenzado a llegar. "Farkas les ofreció trabajo a los 33, y un rescatista de Codelco le ofreció llevárselo donde él trabaja el mismo día del rescate", dice ella. "Va a estar contento de trabajar en un mejor lugar".
Hasta el momento, una de las pocas decisiones que los mineros rescatados de la mina San José han podido tomar es si van o no a seguir en la industria minera. Eso sí, muchos no tienen su futuro tan claro como Pablo Rojas.
La decisión no es fácil para muchos que estaban acostumbrados a un cierto nivel de ingreso. Según una fuente de la Asociación Chilena de Seguridad, institución que se hizo cargo del sueldo de los mineros durante el accidente, el promedio de remuneraciones de los trabajadores atrapados en la mina San José es de 500 mil pesos, pero puede llegar hasta el millón doscientos mil. Un sueldo que pone a los mineros a la altura de muchos ingresos de profesionales.
Es por eso que muchos de los "33" todavía no han desechado completamente la opción de seguir trabajando en la minería, aunque también son varios los que quieren descansar, disfrutar el momento, para luego planificar.
Los indecisos
Entre ellos está Mario Sepúlveda. Su hermano Claudio cuenta que tiene muchas ofertas, pero que aún no decide su futuro. "Está analizando junto a su esposa que es contadora", dice. "Él es muy inteligente, por lo que seguramente va a tomar buenas decisiones".
El futuro inmediato de Jimmy Sánchez, el menor del grupo, sólo tiene descanso en el horizonte.
Le construyeron una pieza aparte en el patio de la casa paterna para que viva con su pareja. La familia lo quiere llevar a Bahía Inglesa para que se despeje de los duros meses en la mina.
Daniel Herrera, antes taxista y en la mina camionero, tampoco ha logrado dilucidar su futuro. Conocido como "Osito gominola" por el gran aprecio que le tiene a su madre, pasará un tiempo con ella en Marchigüe, un pueblo de la VI Región.
Desde antes del derrumbe, Juan Illanes ya pensaba volver a vivir en Chillán, donde está su familia. Ahora podrá hacerlo. Arreglará trámites contractuales en Copiapó para llegar a Chillán el martes. El futuro está difuso por el momento. Apenas empezó la primera conversación por celular que tuvo con su madre y una de sus hermanas al salir de la mina, se quebró. Ambas estaban en Chillán. La familia quiere que salga del shock de los días en la mina para que pueda empezar a tomar decisiones.
Los hermanos Florencio y Renán Ávalos no tenían trabajo estable, por eso optaron por trabajar en la minería. "Florencio siempre quería estudiar para tener un buen trabajo y Renán siempre trabajó relacionado con la uva de mesa, como nosotros", cuenta una tía. El futuro de ambos no se define, aunque ella dice que Renán puede que vuelva a trabajar en la uva de mesa
Mineros hasta el fin
Omar Reygadas no ha hablado mucho con su familia, pues tiende a quebrarse cuando lo hace. En el primer encuentro dijo: "ustedes no saben lo que sufrimos, lo que comimos"... Pero ya tiene decidido que se tomará un año sabático, viajará al sur a visitar a su hermano y luego volverá a trabajar en las minas pues explica que tiene que vivir de algo y su profesión es operador de máquinas de minas.
A Víctor Zamora lo esperan como un héroe en su pasaje de Tierra Amarilla, pero ya sabe qué hacer cuando todo el frenesí pase: descansará con la familia, irá a los viajes que se le presenten, al igual que a las invitaciones. Después va a continuar trabajando en la minería.
"Él es minero y va a seguir siéndolo", dice su madre, Griselda Godoy. "Él siempre dijo que lo que le había pasado era una experiencia de vida".
En el entorno de Ariel Ticona, quien pudo conocer a su hija Esperanza al salir de la mina, no existe completa claridad sobre su futuro.
Por ahora, sólo quiere disfrutar el momento. Pero lo más probable es que continúe la senda familiar y siga siendo minero. Ya ha recibido ofertas para ello. No ha pensado en viajes ni celebraciones. Lo que más quiere es bailar en la fiesta de la Virgen de la Candelaria en febrero.
Osmán Araya también tiene decidido volver a trabajar en una mina, al igual que Alex Vega, quien después de abrazar a su esposa en la mina y a sus tres hijos en el Hospital de Copiapó, le avisó a su familia que quiere volver a los yacimientos. Yonni Barrios está en lo mismo: ha dicho que sólo sabe ser minero.
Los que no vuelven
Mario Gómez, quien sufre de silicosis, "la enfermedad del minero", pactó con su esposa no volver a la mina. Una de sus opciones es comprar un colectivo para no tener más jefe. Además de las invitaciones a Grecia y España, fue invitado a Alemania por un canal de televisón que le ofreció dinero por una entrevista.
Esteban Rojas, quien pidió que se le organizara un gran asado con partido de fútbol de su equipo "Minera Tigre" incluido, ya dijo que nunca más volverá a pisar una mina. No sabe qué hará, pero siempre le han gustado los negocios: podría poner una tienda de abarrotes o verduras.
Camino similar seguirá Darío Segovia. Irá unos días a Barraza, a descansar en el valle del Limarí, pero no va a volver a la minería. Planea comprar un camión y poner un puesto de verduras en la feria de Copiapó, donde antes tenía un negocio.
Por su parte, Víctor Segovia -amante de la música mexicana- recibió una oferta de T.V. Azteca para participar en el programa que Rafael Araneda tiene en ese canal y cantar junto a un mariachi. El canal, además, le regalaría un acordeón. Él estaría estudiando la posibilidad.
Los mineros, además estarían evaluando viajar a Miami en respuesta a una invitación de Mario Kreutzberger, y muchos habrían decidido aceptar la invitación del gobierno para ir de luna de miel a República Dominicana.







EL HUMOR GRÁFICO TRAS EL RESCATE

Obama mirando extrañado por el agujero por donde salieron los mineros, el mismísimo diablo despidiéndose de uno de los atrapados en el fondo del yacimiento, alfombra roja para los 33 antes de ser recibidos por Piñera. De todo hubo en las viñetas de los cinco continentes que retrataron la hazaña.


'' Cuando los profesionales no tuvieron banderas... sucedió este milagro".
DIEGO ARMANDO MARADONA, ex futbolista

'' Mis pensamientos y oraciones se encuentran con estos valerosos mineros, sus familias y los hombres y mujeres que han trabajado tan duro para rescatarlos"
BARACK OBAMA, Presidente de Estados Unidos
'' En un mundo de tanta división -y donde la tecnología parece ser demasiado seguido el enemigo-, la sobrevivencia y el rescate de los mineros realmente merecieron una
celebración nacional y también global".
EDITORIAL THE NEW YORK TIMES

''Lo vi en directo de madrugada. Sepúlveda arengaba desde el túnel. Después, imparable. Qué fuerza, qué "polenta", sonriente, feliz, optimista".
CRISTINA FERNÁNDEZ, Presidenta de Argentina


16 episodios desconocidos que rodearon a los mineros, los rescatistas, los ministros y el Presidente






LAS HISTORIAS NO CONTADAS DEL RESCATE

La tentación de Piñera por bajar en la cápsula
Ocurrió en la tarde del martes 12 de octubre, horas antes de que comenzara la operación en que los 33 mineros volvieron a la superficie, que el Presidente Sebastián Piñera conversaba con los jefes del equipo de rescate sobre cómo trancurriría la maniobra.
El Mandatario consultaba insistentemente si el traslado de la cápsula era seguro. Las preguntas no llamaron la atención de los jefes del equipo de rescate, pero sí de Cecilia Morel. "Me imagino que no estarás pensando en bajar en la cápsula", le dijo ella.
"¿Por qué no? ¿Cuál es el problema?", le contestó el Mandatario.
Quienes estaban presentes afirman que el Presidente explicó que hacerlo era mostrar simbólicamente que era todo el país, a través de su Presidente, que iba a buscar a los trabajadores atrapados.
Pese a los argumentos, el propio Piñera no terminó de convencerse de la idea.
"Ustedes no han comprendido la magnitud de esto"
Cuando Piñera llegó a la mina San José para interiorizarse sobre cómo se realizaría la difusión del rescate se le expusieron cuatro puntos: un container ocultaría la operación a los medios de comunicación, la transmisión oficial se haría en diferido, la imagen captada en el interior de la mina no se haría pública y los familiares esperarían a los mineros dentro del triage. Entonces el Presidente preguntó qué probabilidades había de que el rescate fracasara. "Prácticamente nulas", le respondieron.
"¡Ustedes no han comprendido la magnitud de esto!. Es un momento de gloria para Chile, no hay nada que ocultar. Esto hay que mostrarlo al mundo", dijo y revirtió las cuatro medidas.
Sedantes para Mario Sepúlveda y la dramatización que le hizo al Presidente
Mario Sepúlveda, el segundo minero en salir de la cápsula y quien llamó la atención por su triple saludo al Presidente Piñera y haber corrido hacia los rescatistas para gritar un ceacheí, continuó con su euforia en el Hospital de Copiapó. El minero hablaba insistentemente y se movía más de lo que los médicos consideraban adecuado, por lo que decidieron administrarle tranquilizantes y así asegurarse de que el trabajador pudiese descansar.
Su actitud continuó el día siguiente, cuando el Presidente Piñera se reunió con los 33 mineros y otras autoridades. Según testigos, Sepúlveda habló extensamente sobre su experiencia y luego le siguieron otros trabajadores, aunque con intervenciones más breves. De pronto, Sepúlveda volvió a pedir la palabra, lo que originó bromas y abucheos de sus compañeros que le enrostraban que ya había hablado suficiente. Sin embargo, Piñera le dio la palabra. Entonces, Sepúlveda se colocó al centro del grupo e hizo una suerte de dramatización de su encierro: se acostó en el suelo, se encogió, gritó e hizo todo tipo de manifestaciones histriónicas que sorprendieron a las autoridades.
Cómo se eligió al jefe del rescate
En la Moneda afirman que cuando Piñera analizó el escenario en la mina San José, tras el accidente, vio que había varios ministros y comentó que había "muchos miembros del directorio y ningún gerente". Fue entonces que decidió nombrar un jefe del rescate.
Luego, el Mandatario preguntó por los profesionales más experimentados y recibió los nombres de André Sougarret, gerente de minas de El Teniente, y el de Nelson Pizarro, gerente general de Mina Caserones.
Con ambos, el Mandatario sostuvo largas conversaciones en su primer viaje a Copiapó, les pidió consejos, alternativas de rescate e informes técnicos. Finalmente, Piñera se decidió por Sougarret.
La expulsión de una empresa contratista por nota de Canal 13
Cuando la máquina T-130 ya había culminado el túnel por el que bajaría la cápsula Fénix II, la empresa Geosinergia fue requerida para medir eventuales movimientos de la roca en el ducto. La compañía, que había participado en todo el rescate, bajó cámaras y sensores de movimientos, pero para hacer un mejor trabajo, solicitó un detector de sonido que Codelco no tenía ni había en Copiapó. Finalmente, se pidió un aparato que era afín a los requerimientos a Canal 13. Sin embargo, tras la medición, la estación televisiva usó la grabación para una nota que salió al aire con los comentarios del ingeniero Miguel Fortt. Indignadas, las autoridades de Codelco expulsaron de las operaciones a Geosinergia, que trabaja con la empresa estatal en otras faenas. Canal 13 debió explicar que la grabación no fue facilitada por Geosinergia, y Fortt, enviar una carta aclaratoria a Codelco.
El insólito encargo de Gloria Estefan
Cuando la escritora chilena Emma Sepúlveda, que vive hace 35 años en el extranjero, llegó a Copiapó desde EE.UU., no sólo traía la intención de escribir historias sobre la mina San José. La literata llevaba un mensaje de aliento de Gloria Estefan, a quien conoce hace tiempo, para los trabajadores atrapados. De paso, la cantante de origen cubano había pedido también un mensaje espiritual de José Henríquez -el minero que encabezaba las oraciones- y un recuerdo desde el interior de la mina. A través del mismo trabajador, la escritora consiguió una piedra subterránea para la artista.
Ley seca en el campamento
Música y bailes se apoderaron del Campamento Esperanza la noche del domingo 22 de agosto, día en que se supo que los mineros estaban vivos. La euforia contrastaba con el alicaído ambiente que había imperado en los días anteriores entre los familiares y amigos de los trabajadores atrapados. La celebración incluyó también el destape de botellas de vino y pisco y una larga fiesta. La posibilidad de que el ambiente se repitiese todas las noches y derivara en eventuales desórdenes, sin embargo, hizo que en las jornadas posteriores Carabineros realizara intensas rondas por el campamento pidiendo que no se consumiese alcohol y vigilando que la orden se respetara.
Los instrumentos que podían captar el "olor a muerte"
Antes del segundo derrumbe, los rescatistas alcanzaron a colocar sondas hacia el interior de la mina, por la chimenea, para detectar vapor orgánico. Los resultados nunca arrojaron resultados positivos. Si hubiese habido un muerto, decían, la putrefacción del cuerpo habría alterado las sondas. Este dato les sirvió para mantener la esperanza cuando en hoteles y restoranes les repetían que los rumores indicaban que el derrumbe había alcanzado a los mineros y estaban todos muertos.
Nadie apagó la luz en la mina
La moderna cámara infrarroja que sorprendió al mundo al transmitir imágenes -en vivo y en directo- de la llegada de la cápsula Fénix II al fondo de la mina San José fue "víctima" del protocolo de salvamento. Según esta norma, el dispositivo debía transmitir el momento en que el último rescatista en abandonar el fondo, Manuel González, abordara la cápsula y con su mano diera la señal para que fuese elevado. Desde ese momento, la cámara quedó en el fondo, transmitiendo vía fibra óptica hasta que se descargue por completo su batería.
La cámara no fue el único aparato que quedó funcionando abajo. El mismo protocolo de rescate indicaba que la luz no podía apagarse para que la imagen del último rescatista abandonando la mina, y dando la señal de que debían sacarlo, pudiese ser vista. En este caso, sin embargo, la corriente no dependía de una batería, por lo que podía desconectarse desde la superficie, situación que en todo caso no ocurría hasta el viernes pasado.
La llamada de la Iglesia a La Moneda por las celebraciones
Un cambio en el programa de celebración del rescate, que se hará en Santiago el próximo 25 de octubre, debió realizar el Gobierno el pasado jueves. La razón radica en un llamado de la Iglesia Católica a La Moneda solicitando que a la agenda se incorporase un gran acto ecuménico en el templo Votivo de Maipú para dar gracias por la operación de rescate. La solicitud hizo que el partido de fútbol que se realizará en el Estadio Nacional, entre los mineros y el equipo de rescate, se adelantara para las 10 de la mañana de ese lunes. Luego, los mineros serán recibidos en La Moneda, almorazarán allí y en la tarde se dirigirán a Maipú para la ceremonia religiosa.
La cirugía de urgencia que se iba a hacer abajo
El momento médico más complicado -después de que los mineros fueron hallados-, ocurrió cuando uno de los trabajadores reportó intensos dolores en el bajo vientre.
Las alarmas de una posible apendicitis se encendieron en la superficie. Dicen, en el equipo de Salud del rescate, que se pensó enviar hacia abajo intrumental médico especializado y entregarle al enfermero Yonni Barrios instrucciones sobre cómo operar al minero, cuyo nombre no es revelado por secreto profesional. Pero, finalmente, los dolores cesaron y la emergencia pasó.
"Operación profeta Jonás", el eslogan oficial que no logró prender
"Operación profeta Jonás" fue el nombre que Sebastián Piñera escogió primero para el plan de rescate de los mineros, en referencia al profeta bíblico que es tragado por una ballena y luego sale vivo de ella. Luego vino el nombre de Operación San Lorenzo, en referencia al santo de los mineros. Según explicó más tarde el propio Presidente, el primer título tenía como objetivo "rescatar del vientre de la montaña a esos 33 mineros", mientras que el segundo apuntaba a otro fin: "resguardar la salud física y la salud psíquica de los trabajadores". Aún así, el primero de los nombres tuvo poco impacto público, mientras que el segundo terminó asociado a la operación completa.
Millonaria oferta francesa por el "diario" de Segovia
Después del derrumbe, Víctor Segovia tomó el cuadernillo donde debía consignar el estado de las máquinas -conocido como "report"- y comenzó a anotar lo que ocurría en la mina, construyendo su registro que, a estas alturas, tiene un valor incalculable. Ofertas de distintas editoriales mundiales llegaron a Segovia. La más sorprendente vino desde Francia: la casa editorial Michel Laffont propuso pagar el doble de la mejor oferta -cualquiera que fuese- por convertir el registro del minero en un libro. Curiosamente, cuando Segovia subió en la cápsula, olvidó sus papeles, los que tuvieron que ser llevados a la superficie -tras desesperadas peticiones- por los rescatistas, quienes devolvieron la obra a su autor original.
La advertencia a los mineros antes del primer contacto con mujeres
Cuánto costaron los lentes especiales o cómo salió la votación del royalty fueron algunas de las sorprendentes preguntas que los mineros realizaron a los profesionales de la salud que los esperaban en el triage instalado a la salida de la cápsula Fénix II.
Aun así, el ambiente general en el proceso de exámenes era de nerviosismo, por lo que el doctor que los recibía, Andrés Llarena, optó por decirles "Bienvenido a la superficie". Luego, mientras el trabajador ingresaba al triage en camilla, venía la segunda frase médica: "Aquí te van a atender mujeres, así que pórtate bien".
La obsesión por tener planes alternativos
El primer fin de semana tras el derrumbe y cuando Piñera acababa de regresar de su viaje a Colombia y se aprontaba para visitar la mina, el ministro Laurence Golborne le comentó con orgullo al Mandatario que ya había conseguido la primera máquina perforadora para realizar los sondajes.
"Muy bien, ahora quiero que consiga no una, sino diez perforadoras", le respondió Piñera. Esta obsesión por tener distintas alternativas para un mejor resultado se repitió cuando Andina facilitó la máquina Strata, la primera de las perforadoras que podría hacer una excavación más ancha para sacar a los mineros. "Quiero un Plan B", dijo Piñera, y luego pidió un Plan C. Las exigencias motivaron la posterior llegada de la T-130 de Collahuasi y la Rig-421 de Enap.
Un cheque para Golborne
Tras conocerse la noticia del accidente, empresarios y ejecutivos que conocían a Laurence Golborne por su trabajo en compañías como Exxon, Gener y Cencosud, y que lo vieron involucrado por entero en la Mina San José, ofrecieron donaciones para que el rescate tuviese éxito. Incluso, a La Moneda habría llegado un cheque a nombre del ministro por una cifra cercana a los $100 millones. El donante se mantuvo en reserva.



LOS 33 TENEMOS QUE DIRECCIONAR HACIA DÓNDE APUNTAREMOS"

Carlos Saldivia
Era conocido como el "milico" o "el veterano del 78" por su participación en la crisis por el Beagle. En el hospital da autógrafos al personal mientras acepta esta entrevista.
"He renacido", dice Juan Illanes. Es amable, pero enérgico para expresar lo que no le gusta y lo que no quiere responder. Tiene voz ronca de mando, pero se nota cansado.
El hombre que durante el encierro habría cuestionado el liderazgo del jefe de turno, Luis Urzúa, dice que no quiere revelar detalles de lo ocurrido bajo tierra. Tampoco revela detalles sobre su futuro. Solo dice que quiere enfocarse en crear una fundación con los 33 sobrevivientes para difundir un mensaje sobre las lecciones de lo ocurrido.
-¿Cómo van a organizarse los 33 mineros de ahora en adelante?
-Ahora vamos a tener una causa. Lo ideal sería poder concretar una institución. Hay varias proposiciones que hay que evaluar en el futuro para mostrar lo que aprendimos. Los 33 tenemos que direccionar hacia dónde apuntaremos con esta causa para que estas cosas que no vuelvan a repetirse. En el futuro se concretarán cosas. Pero no son cosas rápidas. Esto necesita una serie de directrices y buscar los recursos para hacerlo, canalizar una serie de cosas.
-¿Van a canalizar en una institución esa energía que usaron para ganarle a la mina?
-Para ganarle al cerro. Indudablemente hallaremos la forma para canalizarlo y transmitir nuestra experiencia a todo aquel que lo necesite y con toda la información al respecto a través de una institución. Esto tiene que ser organizado. Creo que se pueden tomar medidas de este episodio, los mineros y toda la población lo pueden conseguir. Hay que transmitir lo que nosotros vivimos, esa enseñanza no tiene la fórmula perfecta para transmitirse. Es como cuando alguien te dice enséñame a ser papá, no es tan fácil. Pero sí podemos incentivar. Mostrando y siendo consecuentes con las lecciones aprendidas. Tenemos desafíos grandes y tenemos que asumirlos con seriedad en el futuro y con una ruta clara.
-¿En eso ya se han puesto de acuerdo los 33?
-Ya tenemos algunas cosas sobre la mesa que estamos evaluando y en algún minuto esto va a salir. Ténganlo por seguro.
-¿Qué piensa hacer a futuro?
-Espero ofertas de mercado, porque me imagino que habrá muchas cosas por ahí volando.
-¿Cuál es su mensaje para el mundo minero?
-Me faltarían palabras para entregar un mensaje en este momento. Mil palabras no podrían expresar lo que sentimos al salir. En el mundo minero necesitamos dirección y consecuencia. Tendríamos que decir algo de lo que es un minero, de sacar esa garra, nunca fallar a su gente, porque un minero va a estar expuesto siempre. Los mineros debieran medir la consecuencias de esto, ahí tenemos que apuntar. Para que nunca se vuelva a repetir la historia.
-¿Cómo fue el momento del derrumbe?
-Eso no lo voy a contestar.
-¿Por qué?
-Porque es entrar en detalles, es algo muy engorroso.
-¿Cuál fue su rol en la mina?
-Eso es demasiado comprometedor, tampoco corresponde, no es el minuto
-¿Y cómo fueron los primeros días?
-Estamos yendo muy a fondo, así que dejémoslo hasta acá.


"LOS 33 TENEMOS QUE DIRECCIONAR HACIA DÓNDE APUNTAREMOS"

Carlos Saldivia
Era conocido como el "milico" o "el veterano del 78" por su participación en la crisis por el Beagle. En el hospital da autógrafos al personal mientras acepta esta entrevista.
"He renacido", dice Juan Illanes. Es amable, pero enérgico para expresar lo que no le gusta y lo que no quiere responder. Tiene voz ronca de mando, pero se nota cansado.
El hombre que durante el encierro habría cuestionado el liderazgo del jefe de turno, Luis Urzúa, dice que no quiere revelar detalles de lo ocurrido bajo tierra. Tampoco revela detalles sobre su futuro. Solo dice que quiere enfocarse en crear una fundación con los 33 sobrevivientes para difundir un mensaje sobre las lecciones de lo ocurrido.
-¿Cómo van a organizarse los 33 mineros de ahora en adelante?
-Ahora vamos a tener una causa. Lo ideal sería poder concretar una institución. Hay varias proposiciones que hay que evaluar en el futuro para mostrar lo que aprendimos. Los 33 tenemos que direccionar hacia dónde apuntaremos con esta causa para que estas cosas que no vuelvan a repetirse. En el futuro se concretarán cosas. Pero no son cosas rápidas. Esto necesita una serie de directrices y buscar los recursos para hacerlo, canalizar una serie de cosas.
-¿Van a canalizar en una institución esa energía que usaron para ganarle a la mina?
-Para ganarle al cerro. Indudablemente hallaremos la forma para canalizarlo y transmitir nuestra experiencia a todo aquel que lo necesite y con toda la información al respecto a través de una institución. Esto tiene que ser organizado. Creo que se pueden tomar medidas de este episodio, los mineros y toda la población lo pueden conseguir. Hay que transmitir lo que nosotros vivimos, esa enseñanza no tiene la fórmula perfecta para transmitirse. Es como cuando alguien te dice enséñame a ser papá, no es tan fácil. Pero sí podemos incentivar. Mostrando y siendo consecuentes con las lecciones aprendidas. Tenemos desafíos grandes y tenemos que asumirlos con seriedad en el futuro y con una ruta clara.
-¿En eso ya se han puesto de acuerdo los 33?
-Ya tenemos algunas cosas sobre la mesa que estamos evaluando y en algún minuto esto va a salir. Ténganlo por seguro.
-¿Qué piensa hacer a futuro?
-Espero ofertas de mercado, porque me imagino que habrá muchas cosas por ahí volando.
-¿Cuál es su mensaje para el mundo minero?
-Me faltarían palabras para entregar un mensaje en este momento. Mil palabras no podrían expresar lo que sentimos al salir. En el mundo minero necesitamos dirección y consecuencia. Tendríamos que decir algo de lo que es un minero, de sacar esa garra, nunca fallar a su gente, porque un minero va a estar expuesto siempre. Los mineros debieran medir la consecuencias de esto, ahí tenemos que apuntar. Para que nunca se vuelva a repetir la historia.
-¿Cómo fue el momento del derrumbe?
-Eso no lo voy a contestar.
-¿Por qué?
-Porque es entrar en detalles, es algo muy engorroso.
-¿Cuál fue su rol en la mina?
-Eso es demasiado comprometedor, tampoco corresponde, no es el minuto
-¿Y cómo fueron los primeros días?
-Estamos yendo muy a fondo, así que dejémoslo hasta acá.








ASÍ FUE EL DURO DUELO POR EL RATING


Como en las buenas telenovelas, un buen inicio en la trama marca la pauta de lo que será el resto. Así sucedió con las 28 horas cumbre del rescate de los 33 mineros, desde que se anunció el inicio de las operaciones de salvataje hasta que salieron los seis rescatistas del fondo de la mina.
El mejor rating promedio en una hora fue logrado por TVN con 29,5 puntos, cuando el primer rescatista, Manuel González, bajó por el ducto para reunirse con los 33 hombres. Mientras Chilevisión obtuvo su mejor cifra a la hora que salieron los últimos tres mineros con 21,6. Esa fue la única hora en la que TVN perdió el liderazgo entre los telespectadores durante las 28 que duró el rescate. Y fue en esa hora final, cuando Canal 13 logró su mejor rating: 19,7 puntos.
La madrugada del miércoles fue cuando menos gente observó televisión, pero de todas formas los niveles de rating para ese día y esa hora fueron inusuales. Esto permite deducir que muchos televidentes se quedaron frente a sus pantallas mirando el desarrollo de las actividades en la mina.
En la mañana, la visita del Presidente Evo Morales despertó de nuevo la curiosidad de los espectadores, lo que significó un pequeño aumento de televidentes. Sin embargo, el rating sólo volvió a alcanzar altos niveles cuando, cerca de las 22 horas sale de la cápsula el último minero, Luis Urzúa, que entrega el turno al Presidente Piñera..









LA OTRA OPCIÓN

Muchos chilenos irónicos comenzaron a preguntarse qué habría pasado si el accidente hubiese ocurrido pocos meses antes, digamos en enero o en febrero, con la Concertación en el poder.


Siento como si en una misma semana se hubiese hecho la Teletón, se hubiese transmitido el Miss Universo en el que ganó Cecilia Bolocco y se hubiese jugado la final del Mundial de fútbol (con triunfo de Chile). Es decir, todas las emociones, los trasnoches y las euforias juntas.
El jueves en la mañana, millones de chilenos y de extranjeros amanecieron con la idea de que el rescate de los mineros había sido simplemente "perfecto". Pero con los días comenzaron a emerger las críticas. Es que los chilenos somos, en esencia, "peladores". Y a mucha honra.
Así aparecieron los comentarios respecto de que el Presidente Piñera tuvo demasiado protagonismo. Que habló muy largo y muchas veces, que no tenía para qué dar declaraciones en inglés (en cuyo idioma ¡¡también usa tres o cuatro sinónimos!!!, "I'm happy, glad, content, joyful, cheerful"), que fue un exceso que él en persona recibiera a cada uno de los mineros a la salida del agujero como si fuese un pariente más... En fin, algo de razón pueden tener esos comentarios.
En paralelo, muchos chilenos irónicos comenzaron a preguntarse qué habría pasado si el accidente minero hubiese ocurrido pocos meses antes, digamos en enero o en febrero, con la Concertación en el poder. Han circulado chistes pesados al respecto...
Pero, en verdad, ¿cómo habrían sido las cosas?
Seguramente habría sido todo más "democrático". Es un hecho que el gobierno de Piñera "pesca" pocazo a los partidos de la Alianza. Nada que ver como era antes, en que las colectividades de la Concertación "roncaban" en La Moneda.
A los mineros no los habría recibido mezquinamente el Presidente y apenas un par de ministros, como fue ahora. No, la Concertación siempre respetó los equilibrios políticos y por tanto el "comité de bienvenida" habría estado "cuoteado". La Presidenta habría sido la primera en abrazar y besar efusivamente a cada minero. Luego se habrían acercado los ex Presidentes Lagos, Frei y Aylwin. Después los timoneles de la DC, del PS, del PPD y del PRSD. Por una cosa fraternal también se habría invitado al secretario general del PC y al presidente de la CUT. Eso sí, Escalona le habría dicho un par de improperios a José Antonio Gómez por querer éste dar un apretón de manos más largo a los mineros, a pesar de que el Partido Radical tiene menos representación popular que el PS.
Antes de todo, La Moneda hubiese creado una comisión "transversal" para definir qué plan se utilizaría para el rescate. Esta "mesa de diálogo" habría tenido representantes de los trabajadores y de los empresarios, de los pueblos originarios, las minorías sexuales, los estudiantes universitarios y secundarios, el Colegio de Profesores y los distintos credos. Tras un par de meses de discusión, se habría redactado un informe (de mayoría y minoría) con unos 10 tipos de perforaciones para realizar. El informe de mayoría se habría inclinado por contratar los servicios de una perforadora petrolera ofrecida por el gobierno de Hugo Chávez.
Una vez definido aquello, los partidos de la Concertación habrían exigido ser los que determinaran el lugar donde taladrar. Como lograr unanimidad habría sido imposible, se le permitiría a la DC guiar las perforaciones más a la derecha, y al bloque PS-PPD-PRSD explorar hacia la izquierda. Para acallar las malintencionadas críticas opositoras, que tildarían de irregular que se perforara de manera tan errática, La Moneda emitiría un comunicado, redactado por el "entrepiso", diciendo que la realización de múltiples agujeros era una muestra elocuente de diversidad y tolerancia, valores fundamentales en cualquier democracia. El documento agregaría que la derecha no tiene autoridad moral para reclamar, ya que la culpa de todo era de los empresarios.
Pero estoy seguro de que los sondajes igual llegarían a destino. Se mandaría a hacer no una "Cápsula Fénix", sino que una "Píldora Fénix", diseñada no por la NASA, sino que por ex cosmonautas rusos. El rescate habría tomado no 24 horas, sino que una semana completa en la que se habría decretado feriado legal irrenunciable para seguir los acontecimientos por TV. Los rescatistas de la Onemi y del Shoa serían hoy héroes nacionales y la derecha tendría que esperar más de 50 años más para intentar volver al poder.
Pensándolo bien, tampoco habría sido tan tan fome.











Las horas más dramáticas del encierro:
LOS DÍAS EN QUE LA DESESPERACIÓN Y LA ANARQUÍA REINARON EN EL FONDO DE LA MINA

Sólo al quinto día los mineros lograron organizarse, racionar la comida y establecer un sistema de mando. En los días previos cundieron el miedo y la desesperanza entre los 33.

Equipo de Reportajes
Luego del ensordecedor ruido del derrumbe, vinieron el silencio y la oscuridad. Una nube de polvo que no permitía ver a más de un metro de distancia envolvió a los 33 mineros, que de inmediato comenzaron a buscar la forma de salir del yacimiento. Un grupo se dirigió a la rampa que estaba bloqueada. Otro a la chimenea, sin escalerar. No tenían cuerdas. Se dieron cuenta de que estaban atrapados a 700 metros de profundidad.
Así se inician las dramáticas horas de miedo y desesperación que marcaron los primeros cinco días bajo la mina San José.
Día uno: ¿Dinamitar la chimenea?
Luis Urzúa (54), el jefe de turno que había llegado apenas hace dos meses a la mina, intenta mantener la calma y les dice a sus compañeros que hay que esperar, ya que está seguro de que serán rescatados. Pero no todos piensan lo mismo y comienzan las divisiones. Surgen tres ideas que hacen peligrar la vida de los mineros. Un grupo plantea dinamitar la chimenea; un segundo grupo sugiere hacer un gran incendio con el combustible disponible para dar señales hacia afuera, y un tercero usar la maquinaria pesada para provocar vibraciones que pudieran ser percibidas desde el exterior.
La tensión sube de nivel y miembros del grupo llegan a los golpes para imponer sus respectivos planes de escape o supervivencia.
Tras la desesperación inicial, se logra imponer la visión de Luis Urzúa, quien con dificultad logra dividir al grupo en diferentes labores para dar señales al exterior. Richard Villarroel (27) sube en una camioneta hasta el nivel 190 y quema algunos neumáticos a manera de señal. Otro grupo hace pequeñas explosiones con dinamita. Otros recorren la galería en busca de aire.
Pero las soluciones no dan resultado y vuelve la desesperación.
Día tres: No hay racionamiento
Durante tres días hubo anarquía y desgobierno. Los mineros se dividieron en bandos, no hubo racionamiento de agua ni de comida. Cada uno dormía donde quería y usaba distintos sectores como improvisados baños.
La desorganización pasa la cuenta. Los alimentos empiezan a escasear y sólo quedan unas pocas provisiones de atún, galletas, duraznos, leche, jugo y agua. Las corrientes de aire llevan hasta el refugio olores nauseabundos.
Luis Urzúa continúa intentando liderar al grupo, pero choca contra otro bando, donde se encuentran parte de los subcontratados de la empresa Armamit, liderados por Juan Illanes (52), quien, amparándose en su formación castrense, quiere poner en práctica las herramientas aprendidas en los dos años que pasó en un trinchera para el conflicto chileno-argentino del Canal Beagle a mediados de los 70.
Día cinco: Sistema de mayorías
Al quinto día logran organizarse. No todos estaban convencidos del liderazgo de Luis Urzúa. Algunos cuestionaban que llevaba muy poco tiempo en la mina. Otros decían que sabían mucho más que él de las faenas mineras. Pero un elemento fue clave: el rol de José Henríquez (56), el predicador evangélico oriundo de Talca que sostuvo a sus compañeros a través de la fe y apoyó a Urzúa, afianzando su liderazgo.
Los mineros se reúnen y acuerdan racionar el agua y la comida: sólo una cucharada de atún cada 24 horas. Además, logran imponer un sistema de votación para tomar decisiones de acuerdo con la voluntad de la mayoría. Pero más allá de las votaciones, se estipula que aunque se alcancen acuerdos, primará la voz de Urzúa para las grandes determinaciones.
Además, diseñan un código de disciplina con responsabilidades y sanciones, del cual aún no se conocen los detalles.
El jefe de turno improvisó una oficina a bordo de una camioneta. A bordo de ella organizaba a sus compañeros, revisaba una y otra vez los planos de la mina, y por sobre todo intentaba mantener la calma a 700 metros bajo tierra.
Afianzar el liderazgo
Durante los siguientes días se mantuvo la desesperanza -"estábamos esperando la muerte", dijo el minero Richard Villarroel esta semana- y bajo tierra no se sabía a ciencia cierta si los estaban buscando. Se mantuvieron algunas de las diferencias, pero ya había más cordura entre los miembros del equipo.
Urzúa intentaba infundir confianza en sus compañeros, dando por sentado que estaban siendo buscados y que se haría todo lo posible para que fueran rescatados. "Si nos encuentran, bien, y si no, eso es todo", les repetía Urzúa, según relató a los medios esta semana. Su aceptación del destino chocaba con la visión de otros grupos.
El quiebre entre contratados y subcontratados se mantuvo hasta el día en que fueron contactados, situación que ha sido reconocida incluso por autoridades gubernamentales. "Tenían una relación menos prolongada con el resto y en la práctica eran mirados (al interior del refugio) como de segunda categoría", explicó esta semana a "El Mercurio" una autoridad que pidió reserva de su nombre.
"Estaban marginados. Tenían un campamento en otra parte, lejos", agregó.
Una de las decisiones más polémicas del grupo, entre los que se encontraban Juan Carlos Aguilar, Raúl Bustos, José Henríquez, Richard Villarroel y Juan Illanes, fue marginarse del primer video del grupo, que fue dado a conocer la noche del domingo 22 de agosto, el día en que fueron encontrados al interior de la mina San José.
Por eso, una vez que el equipo de rescate hizo contacto con ellos, una de las primeras labores fue cohesionar al grupo. El Gobierno y Codelco sabían que la única forma de lograr buenos resultados arriba era mantener la unión bajo la mina, labor que fue asignada al psicólogo de la Asociación Chilena de Seguridad Alberto Iturra.
Las familias también mediaron. De hecho, Adi, la hermana de Juan Illanes, reconoció esta semana a este diario que hubo intervención a través de cartas.
En la superficie además se tomó la decisión de ordenar jerárquicamente las conversaciones y conversar sólo con Urzúa para remarcar su liderazgo y mantener el orden bajo la mina. Las comunicaciones oficiales serían sólo a través de él.
"Nos manejamos con el jefe de turno como autoridad en la mina y dejamos que el resto del equipo se comunicara con todos ellos, o por temas puntuales según sus especialidades: mecánicos, eléctricos, en fin, según los necesitaban para desarrollar alguna tarea determinada", explica un rescatista.


André Sougarret (46), el cerebro del rescate del siglo en la mina San José:
"EN LOS SONDAJES OCURRIERON COSAS QUE NO TIENEN NINGUNA LÓGICA INGENIERIL. CREO QUE 'ALGO' SUCEDIÓ"

Llevaba una vida anónima hasta que el 9 de agosto lo citaron a La Moneda, lo bajaron al subterráneo, lo subieron a un auto con escolta y, sin entender nada, se embarcó con el Presidente rumbo a Copiapó. Tras setenta días de trabajo, y a pocas horas de haber rescatado a los 33 mineros, el ingeniero de Codelco ofrece su última entrevista antes de retomar su vida en Rancagua. Aunque es un técnico racional, habla de cosas inexplicables de la operación: "Algo nos ayudó: la fe, la oración, las ganas de todo el mundo de que esto se mejorara...".

Rocío Montes Rojas Desde Bahía Inglesa
Pocos días antes del rescate del siglo, que logró sacar a 33 hombres que vivieron 69 días a 700 metros bajo tierra, el ingeniero a cargo de la operación tiene ganas de jugar. André Sougarret Larroquete (Santiago, 1964) hace un alto en las labores y, junto a su colega René Aguilar, se aleja de la zona de trabajo. Camina en dirección al campamento Esperanza de la mina San José. Las familias de los atrapados esperan entre el polvo y el sol que curte la piel. Ha llegado prensa de toda América, Europa, África, Asia y Oceanía para ser testigos de la histórica hazaña. El ingeniero ve por primera vez, y con sus propios ojos, la loca ciudadela que se ha instalado a los pies del socavón. Observa cada detalle, se pasea entre 2.500 personas, pero como si fuera un ser invisible, nadie lo ve. Quiere pasar inadvertido y se pone un jockey.
"Fue una travesura", dice Sougarret. "Ahí nos dimos cuenta de la cantidad de gente que había. Era como ir a la Pampilla", relata en su última entrevista antes de partir de regreso a casa. Quiere dar por finalizado este ciclo y retomar su vida. Lo tiene difícil tras el rescate: la gente lo reconoce en la calle y le pide fotografías. El ingeniero se siente incómodo y no cree tener méritos para transformarse en un personaje de interés público tras el exitoso operativo de los 33.
Ingeniero de la Universidad de Chile, casado, tres hijas, sin militancia política, vive en Rancagua y es gerente de minas de Codelco en El Teniente. Es jueves y el reloj marca las 10 PM. Hace sólo veinticuatro horas estaba junto al túnel culminando el exitoso rescate que devolvió la vida a 33 chilenos. No viste uniforme de trabajo ni el casco con que 1.000 millones de personas alrededor de la Tierra lo vieron durante la operación. Quizás por ello se le ve distinto, más joven. Es un tipo simpático y sencillo. No parece tener conflictos con la prensa, como indica su fama. Habla suave y calmado, mientras se toma una sopita de huevo y picotea una ensalada con la mano. Esta conversación se realiza en el hotel en Bahía Inglesa donde se aloja desde el lunes 9 de agosto, cuando en un maratónico operativo fue "capturado" por el Gobierno para comenzar la tarea más compleja de su existencia: devolverles la vida a 33 chilenos.
El "rapto" del 9 de agosto
-¿Puede relatar cómo es que usted llegó a hacerse cargo de todo esto 4 días después del derrumbe del jueves 5 de agosto?
-Me enteré el día viernes en El Teniente. Alguien comentó de este accidente en la III Región. Pero, entre tantas cosas que hacer, no le presté atención. Pasó el sábado y el día domingo en la mañana me llama el gerente general de Codelco y me dice: "André, tienes que estar preparado, porque esta cuestión es grave. De haber algo, mañana te vas a Copiapó. Te confirmo en la noche, porque parece que va a haber una reunión en alguna parte en Santiago". A las 10 PM, ya estábamos acostados, y me volvió a llamar: "Está decidido con el presidente del directorio encargarte a ti y a un grupo de la mina que vayan a ponerse a disposición de la gente que está a cargo del rescate para ayudar". Le avisé a mi señora y me hice una mochila.
-Seguramente era pequeña, porque no sabía que ese viaje duraría más de dos meses.
-Era bien chiquitita la mochilita. Yo me fui a acostar y, al otro día, inmediatamente nos pusimos en contacto con las personas de El Salvador que estaban participando del rescate. Nos contaron someramente qué era lo que estaba pasando. En eso me llamó el presidente del directorio, Gerardo Jofré, y me dijo: "André, tú estás designado para ir a ayudar. Pero esto es una cosa al más alto nivel: tienes que aparecer en La Moneda".
-¿Qué pensó usted?
-Pensé que estaban equivocados porque, ¿por qué me van a llamar a mí en La Moneda? Pero me reiteraron: "No, es verdad. Tienes que aparecer en La Moneda porque vas a tener una reunión con el Presidente para ver este tema del rescate". Me llamó el jefe de gabinete de Piñera y me preguntó: "¿Dónde estás?". "En Rancagua", le dije yo. "¿En cuánto tiempo puede llegar a Santiago?". "Una hora y media más". Y partí.
-¿Tenía algún vínculo con el Presidente?
-No, ninguno. No conocía ni La Moneda. Había pasado por fuera, obviamente, pero no había entrado.
-Tampoco conocía personalmente al ministro de Minería, Laurence Golborne.
-No, tampoco. Cero.
-¿En ese momento ya se había dado cuenta de la misión que se le estaba encomendando?
-No tenía idea y no sabía a qué iba. Juraba que había alguna cosa formada y que nosotros íbamos a aportar con lo que sabíamos. El asunto es que llegué a La Moneda, me subieron al segundo piso, y había hartos periodistas. Yo iba con mi casco y la mochila. Eso es todo lo que llevaba.
-Eso era un signo de que no tenía idea en qué se estaba involucrando.
-Andaba con blue jeans y, la verdad, me sentí un poco incómodo, porque todo el mundo andaba de terno. Y yo nada que ver cómo andaba vestido. Me encontré con Nelson Pizarro, que fue gerente de Codelco Norte. Estábamos los dos sentados esperando no sé qué cosa. "Esperen aquí", nos dijeron. A eso de las dos de la tarde nos dicen: "Vamos".
-¿A dónde?
-No sabía dónde exactamente, pero nos bajaron al subterráneo y nos metieron en un auto de esos con escolta y salimos hacia el aeropuerto. Iba muy rápido. Siempre uno mira cuando pasa el Presidente por la calle y ahora yo iba metido dentro. Íbamos en dirección al avión.
-Todo esto suena como una especie de rapto.
-Claro (se ríe). Tuve esa sensación.
-¿Alcanzó a llamar a su mujer y avisarle?
-No. Y tampoco me atreví (se ríe).
-Fue de película.
-Era como de película. Subimos al avión y me di cuenta de que iba Piñera adelante. Yo me quedé atrás, en el lugar donde iban sentados los pasajeros. Y partimos rumbo al norte, a Copiapó. Luego de un rato salieron él y la Primera Dama a saludar. Nos invitó a pasar adelante, donde van los presidentes, y él sacó un block y empezó a dibujar un poquito lo que él entendía que estaba pasando en la mina. Una cosa muy rara, muy general. Y ahí él me comentó que teníamos la misión de hacer el mejor esfuerzo para ir a rescatar a los mineros y que teníamos todos los medios para que esto sucediera. Yo me empecé a preocupar un poco, porque no sabía qué era lo que estaba pasando. No tenía la suficiente información como para decir algo.
-Pero sabía que había 33 hombres bajo tierra.
-Sabía que eran 33 mineros que estaban a 700 metros bajo tierra. Nada más. Nos bajamos en el aeropuerto, nos subimos a una van. Nosotros nos sentamos atrás. En alguna parte del camino, antes de llegar a la mina, se subió el ministro Golborne, y le hizo un reporte al Presidente que iba sentado adelante. De repente el Presidente dijo: "Explíquele mejor a los señores que van atrás, porque ellos tienen que entender qué es lo que está pasando". Tras un largo camino, llegamos al campamento.
-¿Con qué se encontró en los alrededores de la mina San José?
-Lo primero que vi fue un enjambre de prensa. Ahí él declaró frente a los periodistas que traía dos expertos.
-Fue cuando usted se enteró de que...
-...de que se supone que yo era el experto. "OK", dije, "ésta cosa está complicada".
-¿Qué sucedió entonces?
-Al rato me llamó alguien de la Presidencia porque necesitábamos ir a la carpa de los familiares. Nunca había estado en esta mina, no sabía dónde estábamos, era ya de noche, y caminamos unos pasos hacia el campamento donde estaba la gente. Me impresioné al ver las caras de angustia.
-¿Cuánta gente había?
-Unas 50 personas. Se notaba mucha cara de preocupación y, en algunos casos, de desesperación. Y de desconfianza. Me acuerdo que le dijeron algunas cosas pesadas al Presidente, por el hecho de haber pasado primero a la prensa y después haber hablado con ellos. Fue algo que posteriormente siempre cumplimos: hablar primero con los familiares y después con los periodistas. Eso se me quedó muy grabado. Luego el Presidente explicó que venía con estos expertos, que iba a tratar de solucionar el problema, y que iba a poner todos los medios posibles. Ese momento fue clave para mí, el inicio de todo.
-Usted se dio cuenta de que...
-...de que efectivamente yo me tenía que hacer cargo de la operación. El Presidente se fue y me quedé solo.
¡Abajo hay vida!
-¿Cómo terminó ese lunes 9 de agosto?
-Me reuní en las oficinas técnicas con geólogos, mecánicos, algunos operadores, y me quedé hasta las 11 de la noche, ya con un análisis más detallado. Después llegó la gente que estaba haciendo los sondajes y todos se empezaron a poner a mi disposición. Y yo sin conocerlos y sin entender quién era quién.
-¿Qué hizo esa noche?
-Llegó el resto del equipo de El Teniente, entre ellos René Aguilar, y lo primero que hice fue explicarles el problema de la mina en presencia de los técnicos. Ya estaba craneando qué era lo que podíamos hacer.
-A esas alturas ya sabía que era una tarea titánica y muy compleja.
-Era una tarea compleja, no tenía muy claro cómo solucionarla, pero bueno...Con René Aguilar, con quien trabajo más cercanamente, empezamos a discutir cómo armar esto y organizarlo todo. Había mucha gente: rescatistas, del sondaje, la misma gente de la empresa, etc. Me dieron un listado de nombres de las personas que estaban participando y me vine en la noche hasta el hotel para ver cómo lo íbamos a hacer. Con René Aguilar, sin preguntarle a nadie, decidimos tomarnos la conducción del operativo. Y empezamos a designar equipos, tareas y responsables. Nos empezamos a juntar todos los días muy temprano para asignar labores y definir una estrategia. Entramos a la mina el día martes y recién pude saber de qué estábamos hablando.
-¿De qué se dio cuenta?
-De que había posibilidades reales de que las personas pudieran estar vivas.
-¿Cuáles eran las razones técnicas para pensar que abajo había vida?
- Había tres razones muy sencillas: la mina tenía ventilación, la calidad de la roca era muy buena y, tercero, había agua. Preguntándoles a los trabajadores de la mina empecé a armar un cuadro de cuál era la situación: dónde estaban los mineros atrapados, el lugar en que había ocurrido el derrumbe, etcétera. Con todos esos elementos yo tenía claro que la zona donde estaban trabajando, al fondo, no era precisamente donde ocurrió el colapso. Ya con esos elementos uno podía afirmar que había una posibilidad.
-Usted le contaba estas novedades todos los días al Presidente vía telefónica...
-No sé si diariamente, pero, en la medida en que los distintos planes iban avanzando, lo hacía con alguna frecuencia. Él estaba preocupado, necesitaba detalles técnicos de los avances y de las reales posibilidades. Y con mayor premura cuando, a una semana de llegados, declaramos que teníamos que cerrar la mina. Ese fue un momento bien difícil, complicado, porque achicamos las posibilidades. Nosotros teníamos como estrategia entrar por la mina y, al mismo tiempo, tener los sondajes. Pero ingresamos, llegamos hasta el fondo, y nos dimos cuenta de que el tema era más grave de lo que pensábamos.
-¿De quién fue la idea de los sondajes?
-Cuando llegué ya estaban las máquinas funcionando. Pero cuando se cerró la mina, los ordenamos. Estábamos haciendo varios tiros y no había una estrategia muy clara. Lo que definimos fue que había tres tipos de técnicas de perforación.
-La idea era tener tres planes paralelos.
-Tres planes paralelos que buscaban conceptos distintos: algunos con mayor rapidez y otros con mayor precisión. Estábamos luchando contra el tiempo. Si queríamos ser muy precisos, nos íbamos a demorar mucho. Si queríamos ir más muy rápido, estas cosas se nos podían desviar. Entonces ahí empezamos a jugar: "Ya, vamos a dejar estas máquinas aquí, éstas acá". Generamos el área de planificación, otra de operación y otra de ejecución de las obras.
-Tras analizar que los 33 podían estar con vida, se enfrentaron a varios problemas, y usted alguna vez señaló que los dueños de la mina habían entregado mala información.
-La información no era errónea ni nada por el estilo, pero no tenía los estándares como para desarrollar trabajos de ingeniería a partir de ellos. En una mina hay que entregar el avance mensual, tener los planos de todas las labores que estás desarrollando, y eso no estaba. Por lo tanto había planos que no coincidían con la realidad. Segundo, que la información topográfica no era precisa.
Días de tensión y angustia
-¿Usted es creyente?
-Sí, soy creyente.
-¿Rezó durante estos meses?
-Más de alguna vez y tiene que ver con un proceso de reflexión de por qué estaban pasando ciertas cosas. Porque ocurrieron algunas situaciones que, en algunos aspectos, no tienen mucha explicación.
-¿A qué se refiere?
-En los sondajes ocurrieron cosas que no tienen ninguna lógica ingenieril. Creo que 'algo' sucedió.
-¿El ingeniero de esta operación habla de un milagro ?
-Yo hablaría de suerte. No es una especie de milagro, porque la verdad es que estábamos planificados para que esto sucediera. Pero un ejemplo: nosotros pensábamos que el sondaje iba a tomar una dirección y se iba en otra que nos beneficiaba. Eso ocurrió con el último, que finalmente se convirtió en el Plan B. No teníamos mucha esperanza de que llegásemos, pero el sondaje rompió. Necesitábamos que se verticalizara y cambiara de dirección en el fondo. Y eso ocurrió en el último tramo, cuando es más difícil. Y cayó justo en una esquina de la galería. O sea estamos hablando de centímetros. Tuvimos suerte ahí... o ayuda.
-¿De quién? ¿De Dios?
-Sí, bueno, han pasado cosas... Los números, no sé...
-¿Cree en todas las coincidencias del número 33?
-No tengo una explicación lógica, pero todo el mundo se pregunta, ¿por qué estos números? Algo nos ayudó: la fe, la oración, las ganas de todo el mundo de que esto se mejorara...
-¿Cuál fue el momento de mayor desesperanza?
-Cuando erramos en el primer sondaje debajo de los 700 metros, el 19 de agosto, cuatro días antes de saber que los 33 estaban con vida. Fue bien duro porque pasábamos ya hasta el último nivel de la mina y no hicimos contacto. La gente empezó a perder la paciencia y nos exigía otra alternativa. Nos pedían que dejáramos entrar a los pirquineros a la mina. Razonablemente había dudas de si efectivamente íbamos a alcanzar una posición tan lejana, en un espacio tan reducido, con un sondaje tan pequeño.
-Cuando las familias querían que entraran los pirquineros usted le señaló al Gobierno que si eso sucedía, usted se retiraría de la faena.
-Lo que dije es que bajo mi responsabilidad ninguna persona iba a entrar a la mina. Muchos me pidieron ingresar. El papá de uno de los mineros, que es pirquinero, José Vega, fue a hablar conmigo y me pidió expresamente entrar de noche, sin que yo me diera cuenta. Le dije que eso era imposible. Él me decía: "Póngase en mi posición. Si usted tuviera un hijo dentro, ¿no lo haría?". Me dejó pensando, pero yo estaba convencido de que no era lo correcto. Esos días fueron difíciles, hubo mucha presión.
-¿Incluso del Gobierno?
-Más de alguien me sugirió que si alguno estaba dispuesto a su propio riesgo a entrar a la mina... Pero mi posición fue muy clara: mi objetivo era que las personas que estaban trabajando en el rescate también tenían que salir vivas. No podíamos aumentar el número de accidentados.
-¿Cómo vivió usted ese domingo 22 de agosto, cuando todo el país y el mundo vieron el mensaje de "Estamos bien en el refugio los 33"?
-Fue un momento intenso y, por lejos, el más potente. En ese instante cambió el curso de las cosas: este hecho nos daba tiempo para mantenerlos con vida y hacer lo necesario para poder sacarlos.
-El minero Luis Urzúa dijo tras salir que los mineros hicieron llegar varios papeles y no sólo el de "Estamos bien en el refugio los 33". Había algunos que decía "Mándame pan", "tengo hambre", "cuida a la familia". ¿Esos mensajes se perdieron en el camino? ¿O llegaron y se guardaron?
-No recuerdo que hayan llegado papeles con otro tipo de mensajes.
-Usted lo debe saber: si la primera sonda llegó el domingo 22 de agosto a eso de las 6 AM, ¿por qué se esperó al Presidente Piñera para que él diera la noticia?
-No, no es así. Efectivamente a las seis se hizo contacto. Me llamaron a esa hora que fue cuando se rompió. En ese momento subimos rápidamente a la mina para tener la certeza de que había personas vivas. La única forma de poder verificarlo adecuadamente era ingresando con una cámara de televisión y audio. Para poder hacer eso, había que sacar todas las barras. Ese proceso llevaba por lo menos unas cinco horas. Es cierto que se escuchaban ruidos, pero el día lunes anterior también hicimos contacto con una cavidad que no tenía nada, donde no estaban los mineros, y también la gente escuchaba que estaban golpeando. Nosotros metimos una cámara de televisión y no había nada. Entonces no teníamos la certeza, aunque escucháramos golpes...
-¿Por eso transcurrieron tantas horas antes de que el Presidente diera la noticia?
-La verdad es que los mineros fueron más astutos, porque, cuando nosotros sacamos las barras, lo primero que vimos fue una marca de pintura. Con eso yo dije: "Al menos hay una persona viva". Después aparecieron las dos cartas, y aparecieron varios nombres. Pensé: "Por lo menos hay 6 vivos". Y después apareció el famoso mensaje que todos conocimos y ya con eso hubo certeza de que estaban todos bien. Posteriormente bajamos la cámara de televisión, de acuerdo al protocolo. Por lo tanto, eso de que esperamos al Presidente no fue de esa forma. Se le dijo que se había hecho contacto a las seis de la mañana y él tomó la decisión de viajar a Copiapó. En el momento en que se recibió el papel se le informó al Presidente, que se demoró 10 minutos en llegar desde el helipuerto e informar a los familiares, como era lo correcto.
-Cuando ya hacen contacto con los 33, ¿qué tipo de conflictos tenían?
-Lo primero que uno hubiese esperado es que hayan estado en un estado calamitoso y eso no sucedió. Lo primero que hicimos fue priorizar la alimentación y, poco a poco, fuimos entablando una conversación más profunda sobre lo que había pasado. Por otro lado, ordenamos nuestra comunicación con ellos jerárquicamente. Siempre nos manejamos con el jefe de turno como autoridad en la mina, Luis Urzúa.
-En un comienzo la autoridad de Urzúa fue puesta en duda por el resto, según trascendió... ¿Era importante fomentar un solo liderazgo?
-En un grupo grande como éste, de 33 personas, necesitábamos que hubiera orden y mantenerlos ocupados. Que tuvieran una dirección clara de manera de crear confianza y disciplina a la hora de ejecutar el trabajo. Era un tiempo largo el que iban a estar bajo tierra y, por lo tanto, era necesario crear esa organización.
-¿Qué le relataron los mineros cuando usted los visitó en el hospital de Copiapó esta semana?
-De alguna manera, organizaron una estructura por afinidades. Los más jóvenes, los más antiguos, los más cercanos, los que eran familiares, en fin. Lo más probable es que hayan existido conflictos, pero los supieron resolver. Podrían haber peleado por comida, y no me cabe ninguna duda de que ese fue un tema. Sin embargo, pudieron montar una organización tal que les permitió racionar la alimentación el tiempo suficiente.
"OK. Los mineros están fuera"
-¿Cuándo usted tuvo la certeza de que el operativo se iba a producir en octubre?
-Cuando estaban ya las tres máquinas funcionando, por los rendimientos que empezaron a tener. Recuerdo que las dos perforadores, el plan B y C, partieron el mismo día, el 19 de septiembre. Entonces yo le dije al ministro: "Dejemos que pasen unos tres a cuatro días y vamos a tener una primera estimación". Es decir, alrededor del 25 de septiembre tuve una estimación porque todos los días iba haciendo mi propia revisión. Siempre me daba primero el plan B, segundo el plan C y tercero el plan A.
-Siempre confió en el plan B, que finalmente fue el que resultó.
-Sí. De hecho me gané una comida con el ministro, porque él apostaba a la petrolera, al plan C. Y yo le dije que no, que el plan B iba a ganar. Y había una razón muy fundamental: que el plan B usaba una perforación preexistente, que fue el tercer sondaje. Eliminaba una incertidumbre bien importante, que era llegar.
-Esto se lo pregunto porque se ha hablado mucho sobre el manejo de los tiempos por parte del Gobierno. Incluso el Presidente habló de que sería en Navidad...
-Esos diagnósticos eran alimentados por la información que nosotros les entregábamos.
-¿Cómo durmió la noche antes de que empezara el rescate?
-Muy tranquilo porque, cuando vi el video del pozo con "casing", hicimos una prueba, que no anunciamos: bajar la cápsula Fénix antes de colocar este sistema de izaje. Eso fue tres días antes del rescate. Usamos un sistema de huinches, que es el mismo que baja la paloma, lo colocamos, y bajamos la jaula hasta los 610 metros. Y bajó y subió. Entonces dije: 'Ya, estamos OK. Los mineros ya están fuera'. Con eso ya tenía la seguridad. No lo quisimos llevar hasta abajo porque se nos podía subir una persona.
-¿O sea no había prácticamente ningún riesgo la noche que empezó el rescate? ¿O lo dice ahora que todo salió bien?
-Ninguno. La verdad es que nunca dudé de que el viaje sería impecable. Esta operación se hace diariamente en todas las minas que tienen este sistema de transporte en otros lados. El día del rescate no había ninguna posibilidad de falla.
-Durante el rescate se veía por la TV una inmensa bandera chilena que tapaba la vista a los medios, como una especie de biombo, y luego se corrió. ¿Quién decidió que la salida de Fénix se hiciera pública?
-La verdad es que eso no lo manejo. Esa era una cuestión del Gobierno de qué quería transmitir y qué no. Y en un momento a mí me preguntaron, hubo una discusión sobre eso. Nosotros habíamos construido una plataforma para la prensa y era medio ilógico que les diéramos espacio para que miraran y que después lo tapáramos. El argumento era la privacidad de los mineros al momento de salir. Los médicos pensaban que podían salir mal, sufriendo, en fin. Pero la verdad es que, a través de la conversación con los mineros abajo, se notaba que estaban bien y sanos, como finalmente salieron. Ellos podrían haber salido caminando. Yo sé que hay que tomar ciertas precauciones, en fin, pero bueno... Era un momento importante la salida de la cápsula y creo que era trascendente que lo vieran porque nosotros siempre garantizamos la transparencia de este proceso. Y en el último minuto, ¿por qué no lo íbamos a hacer? Lo que sí me complicó fue el tema de los familiares a la salida.
-¿A qué se refiere?
- No sabía que iban a pasar muchas de las cosas que pasaron, en el sentido de que hay ciertas emociones que no se podían controlar. El reencuentro de los mineros con sus familiares era una cuestión privada, creo yo, y se hizo público. Por ejemplo, una niñita, hija de minero, ante tanta gente, tantos medios, ¡estaba asustada! Y no sé si era bueno exponer a niños a ese tipo de tensión y no esperar un momento más privado de reencuentro entre cada uno de los mineros y su familia. Sacarlos, que los médicos los vean y llevárselos me parecía que era lo lógico. Pero, bueno, yo no manejaba este tipo de situaciones.
-No estuvo de acuerdo con que se haya televisado ese momento.
-Ese momento del reencuentro. Creo que es algo personal, eso en realidad tiene que ver más con las personas, aunque hay gente que le da lo mismo. Pero si a mí me hubiera pasado, yo no habría estado dispuesto a compartirlo porque yo creo que es una cosa privada.
-Se le vio emocionado.
-Soy persona y, obviamente, fueron momentos bien emotivos. Cuando salió Florencio y estaba el hijo llorando porque estaba nervioso y ansioso porque quería ver a su papá. También me quebré cuando salió Richard Villarroel. Quizás por la acumulación de tanta tensión. Ver a su mamá muy emocionada decirle "mi niñito"... Fue fuerte.
Sin pena por dejar el campamento
-¿Qué porcentaje de esta operación es netamente chileno?
-Lo que es el diseño de esta operación es netamente nuestro, por lo que creo que en un 95% es chileno. Obviamente hemos comprado elementos y suministros que son extranjeros. Y la NASA, que se involucró en un ámbito médico. Pero desde el punto de vista ingenieril, hubo recomendaciones, gente que opinó, pero no llegó un súper experto que viniera a decirnos cómo había que hacerlo ni nada por el estilo.
-Respecto de su vida privada y profesional, ¿podrá llevar la misma vida que llevaba antes en Rancagua?
-Eso es lo que quiero, la verdad. Creo que en la mina El Teniente tenemos desafíos muy grandes y espero volver a terminar lo que dejé no concluido. Probablemente llegaré con una experiencia de vida muy distinta, pero yo voy a volver a lo mío. Seguro que me van a invitar a contar la experiencia, pero pretendo mantenerla en el círculo técnico donde estoy trabajando.
-¿No le preocupa lo que va a pasar en el futuro con los 33 mineros?
-Sí, mucho. Me preocupa que a los mineros los medios de comunicación los suban y después desaparezcan. Es muy fácil que las cámaras nublen a las personas que probablemente, a lo mejor, no tienen la preparación para discriminar lo que es una cosa momentánea de algo que puede ser más trascendental. Se los dije en el hospital: que se cuidaran, que no vieran tantas luces y que disfrutaran de estar de vuelta con sus familias.
-¿Le da pena dejar el campamento Esperanza?
-No, para nada. Tengo ganas de volver finalmente a mi rutina. Mi familia vino a verme al hotel y tuve un fin de semana que me escapé un sábado y un domingo a Rancagua, pero además de eso no he vuelto a mi casa.
-Antes de irse, ¿no está tentado de bajar por el acceso que dejó la T 130, por donde salieron los mineros?
-Estuve tentado, pero la verdad es que reflexioné y me dije a mí mismo que cómo se me podía ocurrir eso. Si luchamos tanto tiempo por sacar a seres humanos, volver a ingresar sería une tremenda irresponsabilidad.












LAS HEROÍNAS DEL CAMPAMENTO ESPERANZA



Estuvieron desde el primer día, organizaron la vida del lugar y prometieron no moverse de ahí hasta que encontraran vivos a sus hijos, esposos, pololos o padres. Y eso hicieron. Levantaron la aldea en pleno desierto, lideraron la lucha, enfrentaron los peores presagios y mantuvieron el ánimo en alto. A ellas se les debe que las máquinas hayan trabajado hasta el final.

Por Gazi Jalil F., desde Copiapó
En Copiapó todos celebran ahora. Desde el día en que salió Luis Urzúa de la cápsula Fénix, el último de los 33 mineros en ser rescatado, las personas salen con sus banderas, hacen sonar sus vuvuzelas, tocan tambores, se toman las calles, sacan carteles y convierten a esta ciudad, habitualmente tranquila y lenta, en una gigantesca e interminable fiesta.
De a poco el ejército de periodistas extranjeros que llegaron a cubrir la noticia abandona Copiapó, pero aquí la gente siente que todos estos días ha vivido en la capital del mundo. En la calle, en los bares, en la fila del banco, en el taxi, en la plaza, en la feria artesanal, todos hablan de los mineros y todos los mencionan como si se tratara de sus propios parientes.
Pero por estos días el milagro de que hayan sobrevivido y el espectacular rescate han eclipsado en parte la epopeya que vivieron durante 70 días sus familias, especialmente las mujeres, que armaron la vida, la organización, el ánimo, la rabia y la esperanza en el campamento.
Habría que haber visto a María Segovia, hermana de Darío Segovia, alborotando al resto de los familiares para que no se quedaran sentados y llorando el día en que el ministro Golborne dijo que la chimenea por donde entraron los primeros rescatistas había colapsado. Ese día muchos pensaron que sus parientes en la mina no tenían oportunidad, pero María Segovia se repuso de su amargura, y al poco rato comenzó a gritar y a agitar a los que no se habían ido aún.
-¡Vamos!, ¡vamos! -gritaba María Segovia.
Y ella, en la primera línea, lideró a un grupo lleno de rabia que quería explicaciones y que le exigía a Golborne que continuara la búsqueda.
-Ministro, no nos vamos a mover de aquí hasta que salgan vivos todos -le dijo apenas lo vio. Y tras ella, vino el resto, advirtiendo lo mismo, pidiendo lo mismo y gritando lo mismo.
Los Segovia se convirtieron en los duros del campamento, pero la más dura de los Segovia era ella. No se movió de su carpa durante los 70 días, y si le afectaba el frío de la noche o el inclemente sol del día, jamás se notó. Uno la podía ver sentada alrededor de la fogata hablando con su familia, preparando el agua caliente en una tetera, encendiendo el fuego, trasladando frazadas, caminando por el lugar y haciendo flamear la bandera cuando comenzaron a llegar los primeros camiones con las máquinas de sondaje. Ahí María Segovia demostró toda su alegría. Era la primera en recibir los camiones, en gritar ceacheí, en abrazar a los conductores, en darles las gracias, en decirles que iba a rezar por ellos. En adelante, fue conocida como la alcaldesa del Campamento Esperanza. El apodo no era sólo por lo aguerrida. María Segovia también era la primera en tomar la palabra en las reuniones de familiares con las autoridades y se relacionó con fluidez con rescatistas, ministros, la intendenta y los alcaldes de la región.
También fue una de las que más aparecieron en la prensa. Atendió a todos los medios y no se cansó de contar la historia de su hermano, ni lo que sentía ella, ni cómo estaba viviendo. Ella decía que la prensa podía ayudarlos a que el gobierno no abandonara las labores de rescate.
Los primeros días, aquellos de incertidumbre total, cuando el constante ruido de las máquinas de sondaje dominaba el campamento y no se sabía si los mineros estaban vivos o muertos, había una mujer que caminaba cerca de María Segovia. Era Marta Salinas, la esposa de Yonny Barrios durante 28 años. Hoy habría que decir que es la esposa legal, después de conocerse que el minero convivía hace tiempo con otra mujer. La situación de Marta Salinas en esos días era difícil. Su presencia era resistida por la familia de la nueva pareja de Barrios, que habían instalado su carpa justo frente a la de ella.
Marta, dueña de un almacén en Copiapó, se mostraba dura, como todas las esposas de mineros.
-Yo he crecido así. Si usted me abraza, yo no acepto el abrazo. No estoy acostumbrada a los abrazos -decía.
Ella no estaba tan segura de que los mineros estuvieran vivos. Lo pensaba, porque decía que Barrios era perforista y conocía la mina más que su propia casa.
-Si estuviera vivo, él estaría buscando la forma de sacar al resto de sus compañeros.
Marta no aguantó mucho tiempo la presión sobre ella y pronto desapareció del campamento, pero había sido una de las primeras en instalarse allí sabiendo lo que le podría pasar y asumiendo que su papel era, pese a sus malos presentimientos, no dejar que suspendieran el rescate.
Una que apenas se notaba al principio era Lilian Ramírez, la mujer de Mario Gómez. Su rostro fue conocido el día en que el ministro la llamó y le dijo:
-Lilian, tengo una sorpresa para ti.
Y Golborne le pasó una carta. Era una carta de Gómez para ella. Pero era más que eso: era la primera señal concreta de vida desde el fondo de la tierra. Y Lilian, que era una mujer de bajo perfil que había jurado quedarse hasta el final, se convirtió de pronto en una de las personas más queridas y respetadas. Lilian había sufrido y soportado el machismo que persiste entre los mineros: su marido la había dejado con un hijo de un año y embarazada de siete meses y sólo apareció tres años después. Lilian lo perdonó, como sólo las esposas de mineros perdonan, y ahora lo esperaba sentada alrededor del fuego, fumando como contratada y tratando de mostrarse firme.
Antes de la carta, cada vez que alguien sugería que los hombres podían estar muertos, ella se enojaba. No aceptaba la idea, y se encargó de mantener la esperanza en alto, y mientras se encomendaba a todos los santos y vírgenes y beatos que le traían, ayudó a poner en pie el campamento, recibía a todas las visitas que llegaban y se convirtió en una gran anfitriona.
Algunos la criticaron luego por sus continuas apariciones en la prensa, pero ella pensaba igual que María Segovia: que si la noticia se mantenía en los titulares, el gobierno no dejaría de seguir buscando. Por la prensa aprovechó también de enviar mensajes a los demás empresarios mineros que mantenían sus yacimientos en precarias condiciones.
En el campamento hubo más mujeres que hombres y cada una dejó su casa para encargarse de administrar la carpa que la familia había puesto en pleno desierto. Al principio algunas ni siquiera tenían carpas, y dormían en vehículos, hasta que la Municipalidad de Copiapó instaló una grande para que pasaran la noche.
Muchas se quedaron en el campamento pese a la oposición de sus esposos o hermanos o hijos, como Norma Lagués, la mamá de Jimmy Sánchez, el más joven de los atrapados, que no escuchó las advertencias de su marido, también minero:
-Viejita, allá hace frío, es el desierto, no es necesario que vayas, nosotros vamos -le dijo Juan Sánchez.
Pero Norma se subió al auto y se quedó en la mina. No estuvo todo el tiempo. Iba y venía. Sus tareas se multiplicaron: estaba la casa, en la Villa Esperanza de Copiapó, que tenía que seguir funcionando. Estaban sus seis hijos, sin contar a Jimmy. Estaban sus nietos, en especial Bárbara, la hija de Jimmy, que había nacido justo el día de su cumpleaños. Y estaban los largos días a la espera de noticias. Así que sus últimos dos meses fueron un constante ir y venir desde Copiapó a la mina y una organización por turnos con su marido: tantos días él en la casa, tantos días ella en el campamento.
Una de las mujeres más jóvenes que vivieron en la mina fue Carolina Lobos, hija de Franklyn Lobos. Siempre vestida de buzo deportivo, a veces con un gran logotipo de Adidas en su espalda, Carolina se mostró ejecutiva y certera en sus comentarios. Incluso fue considerada por el resto como una de las dirigentes del campamento. Su voz se escuchaba con fuerza entre los vozarrones de los hombres. Desde el principio participó en las reuniones con las autoridades y se la podía ver corriendo de un lado a otro organizando, dando información, aclarando dudas, proponiendo ideas.
Muchos se acercaban a ella preguntándole qué se iba a hacer, qué había dicho el ministro, cuáles eran los planes. Y ella respondía. Su carpa estaba al lado de la que instaló después Verónica Quispe, la mujer del boliviano Carlos Mamani. Silenciosa, pasó casi inadvertida al comienzo, pero bastó que reclamara la presencia del Presidente Evo Morales en el campamento para que la diplomacia de ambos países comenzara a moverse con prisa. Cuatro días después, Morales la recibía en su despacho y le prometía estar el día del rescate.
Verónica Quispe habló algunas veces con Pamela Peña, prima de Edison Peña. Pamela vive en Santiago, no fue de las primeras en llegar, pero realizó decenas de veces el viaje de 12 horas entre Copiapó y la capital para esperar a su pariente. Ambos tienen la misma edad, 34, y nacieron el mismo mes, febrero, y los une un lazo afectivo que a ella le impedía estar tranquila en Santiago.
-Aquí me siento mal -decía a su familia, y entonces abordaba un bus y regresaba a la mina.
Nadie recorrió distancias tan largas y tantas veces como ella, y mantuvo en alto el ánimo de los Peña en los momentos clave de la espera.
En el otro extremo del campamento estaba Yolanda Rojas, hermana de Esteban Rojas, vocera de la familia. Cuando le preguntaban, decía:
-Vamos a estar acá hasta que nos saquen, el tiempo que sea.
Estuvo desde el primer día del accidente, tuvo que venir con sus hijos pequeños, y en los momentos de mayor desesperación, cuando todo fallaba, era partidaria de que los mismos pirquineros entraran a la mina a rescatar a sus compañeros. Protestó y le gritó al ministro:
-¡Los quieren rescatar o no los quieren rescatar!
Días después, el mismo Golborne pasó a su carpa muy temprano.
-Yolanda, están vivos -le anunció.
Fue la primera vez que Yolanda lloró.


MINERO FANÁTICO DE ELVIS PRESLEY VOLVIÓ A SU CASA Y COMIÓ HOT DOGS
Edison Peña es el primer minero que llegó a su casa y fue recibido con la comida que tanto extraño por 60 días
Viernes 15 de octubre de 2010 - 01:45 am

(Reuters)
Copiapó (Reuters). Edison Peña, uno de los 33 mineros rescatados en Chile, fue el primero que volvió a su casa y fue recibido por su familia con la comida que extrañó durante este tiempo: hot dogs.
La odisea que se desató tras un accidente en una mina en el desierto de Atacama hace cerca de 70 días tuvo un final feliz el miércoles por la noche, cuando una compleja operación de rescate trajo a la superficie al último de los 33 mineros sepultados bajo 700 metros de tierra.
Los operarios fueron trasladados al hospital de la ciudad más cercana, Copiapó, y el jueves por la noche salieron los primeros tres, entre los que se encuentra Edison Peña, quien fue el primero en llegar a casa.
ENGREÍDO POR TODOS
“Acaba de llegar, estamos con él celebrando”, dijo a Reuters su hermano Rafael Peña en una conversación telefónica desde la casa donde está reunida la familia con Edison.
“Teníamos la comida que él quería comer, completos, hot dogs, la comida que echaba tanto de menos”, agregó.
GRACIAS TOTALES
Cuando llegó a su casa, Edison indicó que “lo pasaron bien mal”.
“Yo creía que no iba a volver y por eso estoy ‘súper loco’ con este recibimiento. Muchas gracias. Gracias por creer que estamos vivos. Nosotros no somos artistas, somos gente común y corriente”, dijo a periodistas.
“Todas las oraciones de la gente me daban más coraje para seguir adelante y no esperar durmiendo a que nos rescataran. Siempre tuvimos fuerza”, agregó.
Rafael, su hermano, dijo que en la casa estaban “papá, mamá, hermanos” y también había mucha gente afuera.



EXITOSA OPERACIÓN DE RESCATE EN CHILE: LOS 33 MINEROS Y LOS 6 SOCORRISTAS YA ESTÁN EN LA SUPERFICIE
Manuel González fue el primero en ingresar al ducto y fue quien vio por primera vez a los 33 mineros atrapados
Miércoles 13 de octubre de 2010 - 10:55 pm 2 comentarios
Ahora sí ninguna persona quedó dentro del refugio donde, hace 70 días, 33 mineros quedaron atrapados. El rescatista Manuel González llegó a la superficie sin ningún contratiempo y por fin se dio por finalizada por compelto la “Operación Lorenzo” que duró un poco más de 24 horas.
El martes a las 9:19 p.m. (hora peruana) fue el propio González, quien, despojado de los temores, ingresó al ducto y fue la primera persona que vio persona a los 33 mineros atrapados en el refugio.
“Ojalá nunca pase lo que pasó, que esto nos sirva como experencia para que la minería se legisle bien”, pidió Gonzáles al presidente Sebastián Piñera, quien lo recibió a su salida.
Manuel González fue jugador del club O’Higgins chileno y se reencontró con Franklin Lobos, el minero y ex futbolista, luego de 25 años desde que se enfrentaron en un partido entre O’Higgins y el Cobresal


YA VENDEN POR INTERNET MERCHANDISING Y RECUERDOS DEL RESCATE DE LOS 33 MINEROS CHILENOS
Ofrecen desde polos homenaje y collares de plata, hasta ediciones “históricas” con el rescate en las portadas de los diarios USA Today y Start Tribune
Jueves 14 de octubre de 2010 - 04:20 pm 1 comentarios

A pocas horas del exitoso rescate de la mina de San José, los 33 mineros, convertidos en verdaderos héroes nacionales, ya tienen merchandising en la web. Algunos usuarios de MercadoLibre.com comenzaron a confeccionar y ofrecer diferentes artículos en homenaje a los rescatados, desde polos hasta collares de plata.
También se subastan las portadas de diarios como el USA Today y el Start Tribune que pusieron en primera plana el rescate de Copiapó.
Los polos llevan la frase hallada en la primera nota que confirmaba que los mineros estaban con vida: “Estamos bien en el refugio, los 33”.
Los collares de plata fueron confeccionados por dos orfebres chilenos de Santiago, quienes diseñaron los dos collares hace un mes y los comenzaron a ofrecer en MercadoLibre desde hace pocos días.






RAZONES DE LA HAZAÑA: PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE CÓMO SOBREVIVIERON LOS MINEROS CHILENOS
Apuntes de qué comieron, cómo se comunicaron, cuál fue la rutina, cuáles fueron los pasatiempos y los regalos que recibieron los 33 hombres que quedaron atrapados en la mina San José
Jueves 14 de octubre de 2010 - 09:22 pm 3 comentarios

(Reuters)
Santiago (Reuters). Con ingenio y tecnología de última generación, los 33 mineros rescatados de las entrañas de la tierra en Chile lograron contrarrestar el hambre, la ansiedad y el encierro durante más de dos meses, en el mayor hito de sobrevivencia del que se tenga registro.
¿QUÉ COMIERON?
Desde el momento cuando ocurrió el accidente, el 5 de agosto, hasta que se logró el contacto, el 22 del mismo mes, los mineros comieron cada 48 horas dos cucharadas de atún, medio vaso de leche y media galleta, además de compartir un tarro de duraznos en conserva entre los 33 operarios.
Una vez que se produjo el hallazgo, a través de tubos plásticos, comenzó a suministrárseles botellas de agua mineralizada, vitaminas y medicamentos, junto a una dieta líquida.
Posteriormente, recibieron comida más sólida, como arroz con carne, aunque bajo un estricto régimen de 2.200 calorías para no engordar.
En las cercanías del refugio, los mineros tenían un baño químico y letrinas, a lo que se sumó una sonda que suministro agua potable.
¿CÓMO SE COMUNICARON?
La primera señal de comunicación de los mineros fue el 22 de agosto, cuando desde el fondo de la mina escucharon golpes en la cabeza del martillo de una perforadora.
La sorpresa fue mayor cuando al sacar la sonda se encontró en una de las barras un papel blanco que con letras rojas decía: “Estamos bien en el refugio los 33”.
Una vez establecido el cordón umbilical, asomaron las primeras cartas de los mineros que viajaron a través de palomas (tubos plásticos) para calmar la ansiedad y angustia, lo que dio paso después a la fibra óptica con comunicación telefónica y videoconferencias.
La tecnología de última generación también estuvo presente, como un cinturón biométrico que los mineros usaron para comunicar y monitorear -desde la superficie y vía sistema inalámbrico- sus signos vitales.
¿CUÁL FUE LA RUTINA?
Una vez que se produjo el hallazgo de los mineros, se estableció inmediatamente una rutina de comidas: desayuno, refrigerio, almuerzo, merienda y cena.
Apoyados en un cable de energía eléctrica de 500 vatios, instalaron luces para simular el día y la noche, en un intento por mitigar daños en sus ojos.
Tuvieron horarios para hacer ejercicios que fueron definidos previamente por especialistas para que no se atrofien sus músculos y mejoren su capacidad aeróbica.
En las últimas semanas, las labores de los mineros se orientaron a ayudar desde el fondo de la mina en las labores de limpieza y remoción del material que cae tras las perforaciones de las máquinas. Para ello, se dividieron en turnos. El tiempo libre lo disponían para descansar o disfrutar de pasatiempos.
¿CUALES FUERON SUS PASATIEMPOS?
La mayoría de los mineros atrapados son fanáticos del fútbol. Incluso, uno de ellos fue jugador profesional. Pese a estar aislados, se le instaló un miniproyector de led para ver partidos en vivo, como el de Chile con Ucrania.
También recibieron videos de estrellas del fútbol como Pelé y Maradona, mientras destinaron una zona para crear un mini casino donde jugaban cartas, dominó y un juego popular con dados conocido como cacho.
En las últimas semanas de los mineros en las profundidades de la tierra se autorizó el envío, a través de las palomas, de algunos diarios de circulación nacional.
Para los fumadores, les fueron enviados parches y chicles de nicotina.
La fortaleza mental de los mineros fue acompañada por la instalación de reproductores de música portátil que conectaron a parlantes.
Los más religiosos recibieron biblias y rosarios bendecidos por el Papa Benedicto XVI.
¿QUÉ REGALOS RECIBIERON?
Uno de los regalos más preciados entre el grupo de mineros fue una mini cámara de alta definición con la que grabaron gran parte de su hazaña de sobrevivencia.
Pese a la tragedia, los mineros no perdieron el buen ánimo y un grupo de destacados humoristas le envió ocho horas de grabación con sus mejores chistes.
Dado el fanatismo por el fútbol, algunas estrellas y equipos del balompié mundial se conmovieron con la tragedia de los mineros. El Real Madrid envío 33 camisetas a la mina, el delantero del Barcelona David Villa envío una camiseta a uno de los mineros.

LOS 33 MINEROS DE CHILE SE PREPARARON PARA MORIR
“Nos resultaba cruel que quedáramos vivos ahí abajo y después tuviéramos que morirnos debilitados, totalmente desnutridos”, narró el popular minero infiel
Martes 19 de octubre de 2010 - 12:30 pm

Luis Urzúa, el primer minero que fue visto con vida. (El Mercurio/GDA)
Copiapó (Reuters). Los 33 mineros rescatados en Chile se prepararon para morir debilitados 700 metros bajo tierra luego de un brutal accidente, dijo uno de los operarios, quien confesó que temieron una lenta agonía causada por el hambre.
El minero Yonni Barrios, de 50 años, señaló en una entrevista con Reuters que no pudo experimentar ninguna alegría después de que un derrumbe el 5 de agosto los dejó sepultados en una mina en el desierto de Atacama.
Solo recobró la felicidad cuando pisó tierra el miércoles, tras un complejo operativo que fue observado por el mundo entero e izó a los 33 operarios a la superficie.
“Nos cuestionábamos siempre por qué nosotros no nos hubiéramos muerto, por qué quedamos vivos, nos resultaba cruel que quedáramos vivos ahí abajo y después tuviéramos que morirnos debilitados, totalmente desnutridos”, señaló Barrios el lunes por la noche.
El mundo se conmovió al saber que 17 días después de la tragedia los mineros no solo habían sobrevivido racionando el poco alimento que tenían y bebiendo agua contaminada, sino que conservaron el ánimo pese a no tener certeza de que serían rescatados.
Sin embargo, Barrios confesó que esos días estuvieron llenos de angustia.
“Se perdió la esperanza, los últimos días cuando llegó la sonda ahí (...) todos ya estaban esperando morir”, agregó el operario, quien indicó que pese a esa resignación ninguno intentó suicidarse.












EL MILAGRO DE LOS 33
El padre de Jimmy Sánchez, el más joven de los atrapados; Miguel Fortt, el primer voluntario rescatista; Carlos Parra, capellán evangélico del campamento; Maglio Cicardini, alcalde de Copiapó y devoto de la Candelaria; y Alfonso Ávalos, padre de los hermanos Florencio y Renán. Cinco vidas cruzadas en el último día de encierro de los mineros. Lejos están los días en que recién comenzaban a llegar las familias a preguntar qué sucedía y aquí no había nada, excepto una barrera. Cuando la chimenea colapsó y Golborne se quebró al hacer el anuncio, "Fue el día más terrible de todos", recuerda un familiar. -¿Puede sacar a los 33 mineros? -le preguntó el Presidente a fortt. -Sí, pero necesito todos los recursos en Chile y fuera de Chile-dijo. En una carta Jimmy sánchez decía: "Sueño que mi mamá (en la foto) me viene a dar mi comida. He pasado mucha hambre". Dicen que en la mina han ocurrido dos milagros: uno, que estén vivos; y dos, que la mayoría de ellos, que jamás habían escrito una carta de amor, ahora lo han hecho.

Por Gazi Jalil F., desde la mina San José Juan Sánchez se despierta a las 7 de la mañana y se persigna. Prende la tele y se persigna. Se queda viendo los despachos en directo desde el campamento Esperanza y se persigna. Se pone la camiseta de la U. de Chile que le envió hace unas semanas la barra Los de Abajo y se persigna. En el pequeño comedor de su casa desayuna y se persigna. Se levanta de la mesa, se despide de su mujer, Norma Lagués, y antes de salir a tomar el bus hacia el campamento, vuelve a persignarse.

Afuera pasa frente a un cartel. Dice: Fuerza Jimmy. Pasa frente a otro: Pantera, te esperamos. Cruzando, está la multicancha donde los vecinos preparan la bienvenida de Jimmy. En la esquina hay un grafiti con el nombre de Jimmy. Al lado alguien escribió: "Resiste hijo y acumula historias para tus nietos". Todas las casas de la población Villa Esperanza están embanderadas.

Jimmy, 19 años, es el más joven de los mineros atrapados y mientras Juan Sánchez, su padre, camina hacia la plaza de Copiapó, la gente lo aplaude, se le acerca, lo saluda, lo felicita, le desea suerte y le dice que esté tranquilo.

-Estoy tranquilo -contesta él.

A esa misma hora, ocurren otras cosas:

Norma Cortés, la madre de Claudio Acuña, se toma una pastilla contra la hipertensión apenas despierta y se coordina con siete miembros de la familia para ir a tomar el bus.

Alfonso Ávalos, padre de Florencio y Renán, que ha permanecido toda la noche en vigilia en el campamento junto al resto de los Ávalos, atiende a casi todos los canales de televisión que transmiten desde la mina San José.

El pastor Carlos Parra, de la Iglesia Adventista de Copiapó, transformado en el capellán evangélico de los familiares, hace lo que siempre hace todas las mañanas: ora, pero ora en términos inusualmente técnicos para una oración. Ora por el encamisado, ora por la cápsula Fénix, otra por el peinecillo, ora por la roca viva. También ora por el Gobierno y al final ora por los mineros que comienzan a salir hoy.

Maglio Cicardini, el alcalde de Copiapó, no puede desayunar de los nervios. Tampoco logró dormir en toda la noche. Pone en el bolsillo de su cortaviento una figura de yeso de la Virgen de la Candelaria que siempre lleva consigo y en la camioneta escucha las noticias matinales de Radio Festiva. Allí se entera que el rescate se podría adelantar un par de horas, a las 10 de la noche. El alcalde, que es devoto de la Virgen y dueño de Radio Festiva, decide apurar un par de compromisos municipales para llegar temprano al campamento.

Jhonny Quispe, suegro del boliviano Carlos Mamani, el único extranjero entre los atrapados, está a dos horas de terminar su turno en las labores de rescate, bajo las órdenes de André Sougarret. Quispe es el conductor del camión aljibe y toda la noche ha pensado en lo que la gente anda diciendo: que Carlos podría ser el primero en salir.

Miguel Fortt, el ingeniero en minas que está desde el derrumbe, se sienta a leer las noticias. Había avisado que no iría a la Universidad del Mar hoy, donde hace clases en la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente. Igual se despertó a las seis de la mañana.

Juan Sánchez camina entre la multitud de periodistas, familiares, voluntarios y figuras de la TV que hay en el campamento. Se cruza con Don Francisco. Se cruza con Miguel Piñera. Se cruza con José Miguel Viñuela. Se cruza con la cámara de CQC. Se cruza con casi todos los rostros anclas de la televisión chilena que apenas notan su presencia entre la tensión, el desorden, el calor infernal, la polvareda que se levanta, el ruido de los generadores eléctricos y los helicópteros que pasan en vuelo rasante.

Juan Sánchez es de los pocos familiares directos de los mineros que se puede ver por acá. También está María Segovia, hermana de Darío Segovia; Lilian Ramírez, esposa de Mario Gómez; Verónica Quispe, esposa de Carlos Mamani, pero la mayoría ha preferido estar en un área sin acceso a la prensa, cansados de responder mil veces las mismas preguntas: y cómo se siente, y qué va a hacer cuando vea a su hijo, y qué le va a decir a su marido, y cómo ha vivido estos días. Y los periodistas, que han venido de 40 países hasta este punto inexistente en el mapa, se deben conformar con preguntarle a la cuñada de, al suegro de, al tío de o al amigo de.

Lejos están los días en que recién comenzaban a llegar las familias a preguntar qué sucedía y aquí no había nada, excepto una barrera, una garita y escasa información.

Ese día, el jueves 5 de agosto, a Juan Sánchez le avisó un vecino. Le dijo:

-Juan, hubo un accidente en la mina y el Jimmy quedó atrapado.

Y Juan Sánchez, que estaba tomando té con su mujer, miró el reloj en forma instintiva. Seis y media de la tarde. Y Norma Lagués, que justo se había levantado a recoger los platos, rompió en llanto.

-Vieja, pero no se sabe, no han dicho nada, a lo mejor no es cierto -le dijo su marido para consolarla.

Juan Sánchez recuerda la escena como una película.

"Llamamos a la oficina de la minera en Copiapó y nadie contestaba. Luego llamamos a la mina y nos dijeron que había pasado algo, pero que no se sabía nada más. Me preguntaron de quién era familiar. De Jimmy Sánchez, dije. Al otro lado hubo silencio. Quedamos preocupados y mi cuñado volvió a llamar para reclamar por la falta de información. Pero cómo no van a saber qué pasa, les gritó, y le cortaron. Entonces fuimos a la casa de la Helen, la polola del Jimmy, en Villa Arauco. Tampoco sabía nada. El papá de la Helen llamó a Carabineros. Nada. Llamamos a un conocido en Investigaciones. Nada. Volvimos a llamar a la mina. Sonaba ocupado. Habían descolgado el teléfono. Decidimos ir a la mina con mi cuñado y con un tío que trabajaba allá para que nos indicara el camino. Fuimos los primeros en llegar".

Alfonso Ávalos se enteró en la noche junto a su mujer, María Silva, por las noticias de la tele. De inmediato 16 miembros de la familia se acomodaron en dos camionetas y partieron a la mina. A Norma Cortés, que vive en Ovalle, la llamó su hijo, Arnaldo Acuña.

-Mamá, parece que el Claudio quedó atrapado. Era el turno de él -le dijo.

Desde entonces, Norma dejó Ovalle y ha vivido entre el campamento y la casa de su hijo en Copiapó.

Johnny Quispe lo supo de inmediato. Trabajaba en la mina e iba saliendo del túnel a bordo del camión aljibe cuando sintió una bocanada de polvo en su espalda.

-Mira, hubo un derrumbe -le dijo otro minero.

Quispe se dio vuelta y quedó paralizado.

Eran las 13.45 horas.

Juan Sánchez, que se había enterado casi cinco horas después del accidente, llegó a las 8 y media de la noche a la mina.

-¿De quién es familiar? -le volvieron a preguntar en la barrera.

-De Jimmy Sánchez -volvió a responder.

-Está adentro, hubo un derrumbe, pero no sabemos en qué sector.

A lo lejos alcanzó a divisar dos carros de Bomberos y uno del Cuerpo de Rescate, y de la boca de la mina aún salía una nube de tierra. "Ahí pensé que era algo realmente grave", dice.

Juan Sánchez lo supo porque también es minero. Empezó a trabajar como pirquinero, luego estuvo en Domeyco, Inca de Oro, Mantos de Cobre e incluso en la Minera San Esteban, dueña de la San José. Su único accidente fue en la mina Amolana, de la empresa Cobrex. Se cortó un dedo con la correa de un motor. "Pero fue culpa mía. Estaba con sueño y me descuidé", dice. El dedo se lo volvieron a pegar.

En su familia casi todos son o han sido mineros: su papá, sus dos hermanos, varios tíos, sobrinos, su yerno y dos cuñados, sin considerar a los parientes mineros de su mujer. Ambos tienen siete hijos, pero sólo Juan, el mayor, y Jimmy, el tercero, siguieron la misma vocación.

En eso pensaba Juan Sánchez, cuando intentaba conseguir más información el día del derrumbe. Tuvo que regresar unos kilómetros para obtener señal de celular y decirle a su otro hijo que llamara a la prensa. Justo allí vio el auto de la familia de Franklin Lobos que iba a hacia la mina.

Después llegó la familia de Mario Gómez, llegó la señora de Claudio Yáñez, que no paró de llorar, llegó la televisión, llegaron dos grupos de rescate, uno de la minera Carola y otro de Pucobre. Llegó Carabineros, el Gope, la Asociación Chilena de Seguridad.

A las 4 y media de la mañana, el gerente de la mina, Alejandro Bohn, reunió a las familias que ya estaban en el lugar, les dijo que hubo un derrumbe y que los grupos de rescate estaban trabajando y en seguida dio la lista de los mineros atrapados. Eran 34. Hasta ese momento no se sabía que uno del turno no había llegado a trabajar.

"Hacía mucho frío y yo tenía apenas un chaleco. Un familiar de Franklin Lobos me prestó una parka y nos metimos a la micro de la empresa a pasar el resto de la noche. Había unas 10 familias. En la mañana nos trasladamos al sector en que nos quedamos estos dos meses y al mediodía se comenzaron a instalar las primeras carpas", cuenta Juan Sánchez.

Hoy, casi 70 días después, el campamento parece una gran feria sobrepoblada y organizada, con un casino que prepara 800 raciones al almuerzo, tres salas de prensa, containers, decenas de camiones de las estaciones de televisión, vallas papales, señal de todos los celulares, conexión a internet, varias antenas parabólicas, más de 100 carabineros, baños químicos, una escuelita, estudios de radio que transmiten minuto a minuto, cientos de carpas y casas rodantes, tres controles policiales para llegar y un gran estacionamiento para mil automóviles.

Cuando llega Miguel Fortt al campamento se acerca Lilian Ramírez a abrazarlo. Detrás de ella, una fila de familiares de los mineros, padres, tíos, hijos, espera para saludarlo.

-Por fin van a salir -le dicen.

Y Fortt, casado, cinco hijos, responde con una sonrisa.

Fortt fue el primer experto en rescate que llegó a la mina. Ha participado en 14 rescates mineros, ocho de ellos en Chile, y ha hecho sondajes no sólo en el país, sino que también en Argentina, Perú, Australia y Nueva Guinea.

Iba en su camioneta desde Copiapó a Caldera, donde vive, cuando escuchó por Radio Nostálgica que los rescatistas intentaban entrar por la chimenea. Al llegar a su casa le mandó un mail a Marcelo Kemeny, dueño de la mina, con copia a la radio. Fortt conocía a Kemeny. Trabajó como contratista en el yacimiento Chañarcillo y hace poco tiempo había hablado con él sobre un proyecto de sondaje que no se concretó. Esa vez, el empresario le dejó su tarjeta con su mail. Por eso sabía dónde escribirle. En el mail le recomendaba que se implementara un plan B con sondajes múltiples para ganar tiempo. Kemeny nunca le respondió, pero en la radio leyeron el mail al aire y los familiares de los mineros lo escucharon y le pidieron al ministro Golborne, que ya había llegado, que lo ubique.

"Yo andaba en una mina de oro en Chañarcillo y sólo cuando llegué a mi casa mi señora me dice que el ministro quería hablar conmigo. Era sábado y ya había fallado el plan A. Le dije a mi señora que me preparara el equipo y subimos a la San José. La primera persona que me recibe es Lilian Ramirez", recuerda Fortt.

Ese día habló con Golborne, recorrió el sector, vio los planos geomecánicos y luego, cuando estuvo Piñera, habló con él.

-¿Puede sacar a los 33 mineros? -le preguntó el Presidente.

-Sí, pero necesito todos los recursos en Chile y fuera de Chile - dijo.

-Va a tener todos los recursos que necesite -le respondió mirando a Golborne.

"Pero el día 8 comenzaron a llegar los topógrafos de Codelco y tuve mis primeras divergencias de opinión con ellos. Son buenos operadores mineros, buenos administradores de contratistas, pero de rescate no sabían nada. Pronto dejaron de considerar mi opinión y me fui. Sólo regresé al día siguiente luego que me lo pidiera el ministro", cuenta. "Pero con la llegada de Sougarret sentí que me estaban sacando".

Sin embargo, Fortt no ha dejado de venir todos los días. Dice que sólo se relaciona con el ministro y no con el equipo de rescate de Codelco. "Son muy soberbios. Las relaciones humanas no son su especialidad", dice.

Fortt se transformó en el nexo entre las familias, que siempre lo defendieron, y el gobierno. De hecho, en uno de los momentos más tensos, cuando los pirquineros querían tomarse la mina y entrar por la chimenea, Fortt los convenció de que el cerro no estaba en condiciones.

El ingeniero viene hoy acompañado de su mujer. Juan Sánchez termina de almorzar en el casino y se acerca a saludarlo.

-Este es el día -le dice el minero.

-Este es el día -le responde el ingeniero.

Sánchez se cruza luego con el alcalde Cicardini. Cicardini, ex PS, usa un cortaviento municipal y un casco plateado, y fue minero antes de ser alcalde. Trabajó en la Disputada de Las Condes, en Pelambres y en la mina El Soldado, en El Melón. Se enteró del derrumbe fue a través de Radio Festiva y el segundo día, cuando vio que las familias decían que no se iban a mover hasta que los mineros aparecieran vivos, decidió montar el casino con un agregado para que se quedaran las mujeres. Ese fue el inicio del campamento. Pronto comenzaron a llegar frazadas y colchonetas. También psicólogos, psicopedagogos y asistentes sociales. Más tarde, a medida que aparecían más familiares, hubo agua, luz, personal de aseo, retiro de basura, baños, movilización. Se sumaron las municipalidades de Tierra Amarilla, Vallenar y Caldera. Después llegaron las señales para celulares, hasta que los mismos habitantes bautizaron el lugar como campamento Esperanza.

El Gobierno instaló unas carpas militares para que las familias se cambiaran a un sector más cómodo. "Era un campamento de lujo. Le pusieron 'La nueva aldea', pero aquí le decían 'El barrio alto' y la mayoría prefirió permanecer donde mismo. El sector donde están las autoridades y los expertos comenzó a ser conocido como La Dehesa, porque allí tienen un casino más elegante y duchas con agua caliente. Las carpas militares eran Las Condes y este campamento, La Pintana", dice Cicardini.

-¿Qué había de almuerzo hoy? -le pregunta Cicardini a Juan Sánchez

-Ravioles.

Un periodista francés le pide al alcalde una entrevista. Detrás espera uno finlandés, una de Bolivia y otro de México.

Juan Sánchez tiene colgada en su polera una chapita con el rostro de Jimmy, y detrás de su credencial que lo acredita como familiar puso una estampita de San Expedito. La tiene desde el día en que falló el primer plan, cuando la chimenea colapsó y Golborne se quebró al hacer el anuncio. "Fue el día más terrible de todos", recuerda mientras recorre los 200 metros del campamento, esquivando cámaras. Norma Cortés, la mamá de Claudio Acuña, vomitó y Alfonso Ávalos le preguntó a un doctor de la AChS cuánto podía durar una persona sólo con agua. Sesenta días le dijo.

"Pesqué a mi hijo mayor y me puse a llorar. Perdimos toda esperanza y me vine para la casa -dice Sánchez-. "Veníamos callados en el auto y se nos caían las lágrimas. Pensaba por qué mierda mi hijo se fue a trabajar allá. Mi señora se había enterado por la tele. Estaba destrozada".

-Me voy para la mina otra vez. Si el Jimmy está en el refugio y hay alimento y agua para 48 horas, está bien -le dijo a Norma, su mujer.

-También quiero ir, estar allá, cerca de mi niño -respondió ella.

"Yo no quería que fuera, pero partimos con mi cuñado y unos vecinos. Llegamos como a las 8 de la tarde y allí estaba María Segovia, la alcaldesa del campamento, gritando y alborotando a todos. Y nos fuimos a conversar con el ministro y los dueños de la empresa. Queríamos una explicación. Llegamos hasta la garita y Carabineros tuvo que hacer un cordón humano para detenernos. Atrás de ellos había otro cordón humano de detectives. Fue el día de la desesperación", cuenta Sánchez.

Ese día, Pedro Simunovic y Alejandro Bohn, ambos gerentes de la empresa, y Alberto Salas, que se presentó como presidente de los mineros, salieron a hablar con las familias. Se subieron en la parte trasera de una camioneta y Salas tomó la palabra.

-Yo también soy minero -dijo.

-Si fueras minero se te notaría en las manos, conchetumadre -le gritó Sánchez, lleno de rabia.

Ahora recuerda: "No queríamos que hablara Salas. Para mí no era un minero y empezamos a gritarles a los tres 'asesinos, asesinos'. Estaban nerviosos, sobre todo Simunovic. Bohn, en cambio, tenía un gesto irónico. Casi terminamos pegándoles. Carabineros tuvo que intervenir y se los llevaron. Muy tenso. Sólo cuando comenzaron a llegar las máquinas de sondaje aparecieron las banderas, los gritos y los ceacheí".

En el cerro, allí donde antes estaban las 33 banderas, uno por cada minero, ahora está la de Estados Unidos, la de Argentina, la de Canadá, la de Marruecos y la de Palestina. En la noche llegará un atleta uruguayo con el único propósito de agregar su bandera. También ha llegado el dueño de la bandera del terremoto, un estudiante de Calama que compuso una canción para los mineros, una maratonista en silla de ruedas y un ciclista que viene pedaleando desde Peñalolén.

Faltan pocas horas para el rescate

El pastor Carlos Parra busca a Juan Sánchez para mostrarle la carta que le envió Jimmy. En el último párrafo le escribe: "Somos 34 porque Dios nunca nos dejó". Antes del derrumbe, Jimmy pertenecía a la iglesia evangélica, pero casi no participaba. Su madre y su abuela lo habían llevado un día que lo vieron mal por un problema sentimental. Abandonó el colegio en octavo básico. "Ese tiempo estábamos muy mal económicamente y él no tenía ni para el pasaje. Yo estaba en la agricultura y mi mujer era asesora del hogar. Era todo muy difícil, así que él se quedó en casa cuidando a los más chicos. Esa fue su tarea y era bien ordenado. Lavaba la loza, hacía el aseo", cuenta su padre.

Los Sánchez Lagués viven en la Villa Esperanza, una de las más pobres de Copiapó. Llegaron allí a tomarse el terreno, cuando Jimmy tenía dos meses de vida. Eran cinco y vivían en una pieza de tres por tres. La población recién se urbanizó hace 12 años.

Fanático de la U. de Chile, tal como su padre, Jimmy tenía su pieza pintada de azul y la bandera pegada en la puerta. Toda la ropa que se compraba era azul y había dibujado fuera de la casa un grafiti con un chuncho. Jugaba de lateral en el Unión Rodríguez y antes en el Manuel Rodríguez, pero cuando nació su hija Bárbara dejó el fútbol y desechó la idea de hacer el servicio militar. Este año le tocaba cumplirlo y se había inscrito.

Nunca supo que Helen, su pareja, estaba embarazada de siete meses hasta que la mamá de ella le contó a la mamá de Jimmy. Jimmy no la había visto desde que terminaron, pero cuando se enteró volvió con ella y decidió buscar trabajo en la mina.

Ganaba 350 mil pesos mensuales y se había hecho amigo de Ariel Ticona, también fanático de la U. Se levantaba a las 6 y media de la mañana y volvía a las 9 de la noche. Contaba que los jefes lo felicitaban. Apenas llevaba dos meses cuando ocurrió el accidente. Hoy continuamente le manda saludos al pastor Parra, desde que éste les envió a los mineros 33 biblias pequeñas.

Parra llegó al campamento tres días después del accidente y ha logrado entrar incluso en las familias católicas. Juan Sánchez, que es católico, dice que ahora cree en todas las religiones y ora con el pastor todos los días a las seis de la tarde, antes del último reporte del ministro Golborne. Parra incluso ha hablado con dos de los mineros por videoconferencia: con Henríquez y con José Ojeda, el guía espiritual durante los días de encierro. Ojeda le mandó una carta que el pastor escaneó y puso en su Facebook. Hará lo mismo con la de Jimmy Sánchez.

El día que se mostró la primera imagen dentro de la mina, cuando aparecía la cara de uno de los mineros como un espectro, Juan Sánchez pensó que era su hijo. Ahora ya no lo piensa. Dice que fue el entusiasmo.

Ese día Miguel Fortt alojaba en la carpa de la Onemi junto a su señora. A las seis de la mañana se despertó con un silencio que hace días no escuchaba. Todas las máquinas de sondaje pararon al unísono.

-Hicieron contacto -le dijo a su señora.

Sabía que el silencio sólo significaba una cosa: los rescatistas querían escuchar si emergían ruidos desde el fondo. "Tuve unas ganas de llorar terribles, pero no lo hice. Un periodista me dijo que tenía cara de póquer. A la primera que abracé fue a la Lilian", recuerda.

Alfonso Ávalos despertó con los gritos de un rescatista que corría hacia el campamento

-¡Están vivos! -decía.

La noticia pilló al alcalde Cicardini en una feria de Copiapó. Estaba comprando pañuelos para llevarles a los familiares, cuando vio que todo el mundo se abrazaba. Tomó su Virgen de la Candelaria y fue al santuario. Le había prometido a la Virgen visitarla el día que los encontraran vivos. Luego subió a la mina.

Jhonny Quispe abrazó a su hija Verónica. Pero ya sabía que estaban vivos. No porque trabajara en el rescate, sino porque tres días antes había llamado a un primo en Bolivia para que consultara con un yatiri, un chamán altiplánico que ve el futuro en las hojas de coca. Y las hojas de coca habían dicho que Carlos Mamani y todos los mineros estaban vivos. "Las hojas de coca saben", le dijo Quispe a Verónica.

Después llegaron las cartas. En una Jimmy decía: "Sueño que mi mamá me viene a dar mi comida. He pasado mucha hambre". Juan y Norma lloraron juntos cuando la leyeron.

Luego le envió una carta a Helen diciéndole que se quería casar con ella. Cicardini dice que en la mina han ocurrido dos milagros: uno, que estén vivos; y dos, que la mayoría de ellos, que jamás habían escrito una carta de amor, ahora lo han hecho. Muchos ofrecieron matrimonio, pero Sánchez no está de acuerdo con que su hijo quiera casarse. "Está muy joven", dice.

Sólo quedan unas horas para el rescate. Carabineros juegan a la pelota con los niños, los llevan en sus motos. Los periodistas se acreditan para estar más cerca de la cápsula Fénix. Se instala un telón en el campamento para ver la transmisión. Reparten globos con helio para soltar al momento en que salga el primero, Florencio Ávalos.

Cuando salga, todo se convertirá en un caos y la carpa de los Ávalos desaparecerá en medio del asedio periodístico.

En Copiapó la gente se prepara para la celebración. En la plaza se ha instalado una pantalla gigante para seguir el rescate, la municipalidad adornó con guirnaldas el camino hacia el hospital donde llegarán los mineros y por las calles se ofrecen banderas con los rostros de todos ellos, fotos de Piñera con el mensaje "Estamos vivos en el refugio los 33", poleras con el mismo mensaje estampado y atrás el nombre de cada minero, tazones alusivos y viseras que dicen "Los 33".

En la calle la gente los llama "Héroes del Bicentenario", "Los 33 de Atacama", "Nuestros mineros".

Hace rato que no se ve por el campamento a Juan Sánchez. Él, Norma y Helen están inscritos para recibir a Jimmy, que será el quinto en salir. En la cancha de la Villa Esperanza de Copiapó los vecinos tienen todo listo para la celebración y la familia ha invitado al pastor Parra para que dé la oración inicial. Parra dice que siempre quiso predicar la palabra de Dios al mundo y que lo ha conseguido a través de todos los canales que lo han entrevistado. Ahora quiere tener un programa de televisión.

Miguel Fortt fue declarado hijo ilustre de Caldera y será el padrino de matrimonio de Lilian Ramírez y Mario Gómez.

Alfonso Ávalos pedirá que dejen encendido el fogón que prendió para esperar a sus dos hijos como una especie de llama de la libertad y que el lugar donde estuvo la familia sea marcado.

Juan Sánchez le construyó otra pieza a su hijo, más grande, más elegante, y en diciembre se casará por la iglesia con Norma cuando cumplan 25 años de casados por el civil.

En el momento en que salga Jimmy de la cápsula, Juan lo recibirá con la bandera de la U.




YONNI BARRIOS EN SU RETORNO AL HOGAR: "NO TENGO MIEDO DE VOLVER A LA MINA"
El minero fue recibido por su pareja Susana Valenzuela, a quien besó frente a todas las cámaras de televisión.

COPIAPÓ.- Botellas de champagne y un asado esperán esta noche al minero Yonni Barrios (50), denominado "El doctor" del yacimiento San José, luego de que esta tarde fuera dado de alta desde el Hospital Regional de Copiapó.

En la vivienda ubicada en la calle Alejo Gálvez, de la población Juan Pablo II, en la que vive con su actual pareja, Susana Valenzuela, el trabajador dijo "no tengo miedo de volver a la mina", tras ser consultado por una misa que se realizará el próximo domingo en el campamento "Esperanza".

Al ser consultado acerca de si tenía miedo a la muerte, Barrios respondió que "yo no lo tengo miedo a nada, estuvimos con la muerte 17 días".

Barrios agregó que no se esperaba un recibimiento como el que ha tenido y que lo más difícil de estar atrapado a 700 metros de profundidad fue haber sentido "decepción e impotencia, porque la situación que pasamos fue muy complicada".

"A veces perdimos la esperanza de que nos iban a encontrar. Todos los días cuando escuchabamos las máquinas que no llegaban donde estabamos nosotros nos desesperábamos mucho", dijo el trabajador.




YONNI BARRIOS ACLARA SUS LÍOS AMOROSOS: AMO A MI ACTUAL MUJER
Mediante una sobrina, el minero "enfermero" se refirió a su situación sentimental que ha acaparado la atención de la prensa nacional e internacional.

COPIAPÓ.- Cada vez que le empiezan a cantar dos mujeres, un minero, Yonni Barrios no puede contener la risa en el Hospital Regional de Copiapó, donde aún permanece interno.

Pero más allá de las carcajadas que el tema puede provocar, el minero que se hizo conocido como el enfermero de la mina San José, prefirió aclarar hoy su situación sentimental, a través de un miembro de su familia.

"Él tiene una buena relación con su ex esposa, pero dijo que ama a su actual pareja. A ella es la que quiere", contó su sobrina Darlyn Alvarado, después de visitar al trabajador esta tarde.

El triángulo amoroso entre Barrios, su pareja Susana y su esposa Marta cobró notoriedad cuando ambas mujeres llegaron hasta la mina para obtener detalles del accidente. Aunque no se conocían, la necesidad de acreditarse como familiares ante las autoridades de Gobierno las llevó a enterarse de que ambas amaban al mismo hombre.

Marta Salinas podía certificar que ella llevaba 28 años casada con Barrios, en cambio Susana Valenzuela aseguraba que los papeles del Registro Civil no sirven de nada, cuando se tiene la certeza del amor correspondido.

Finalmente, cuando el "Día D" se aproximaba, la esposa declinó llegar a la planta San José a esperar el rescate al enterarse de que su rival también había sido invitada.

La historia acaparó la atención de la prensa nacional e internacional. Medios de diversos países calificaron el rescate de Barrios como el "más esperado", calificándolo como el "enfermero y Casanova".

De hecho, el minero es buscado por la institución médica masculina Men's Quality que pretende convertirlo en rostro de sus campañas publicitarias. El grupo médico dedicado a la salud sexual masculina quedó totalmente atraído por la historia sentimental del trabajador.

El aludido, sin embargo, prefirió hoy bajarle el perfil a la situación y le mandó un recado a la prensa para que dejen de acosarlo. "Es muy reservado y no le gusta dar declaraciones", dijo su sobrina.

Según la joven, lo primero que hará Yonni tras dejar el hospital será ir a la casa de su amada Susana.
















CÁPSULA QUE RESCATÓ A LOS MINEROS PODRÍA INICIAR UNA "GIRA MUNDIAL"
Según el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, el Gobierno ha recibido peticiones para llevar una muestra itinerante a diversos países con diferentes objetos que marcaron la estadía de los 33 trabajadores.

La ''Fénix 2'' podría quedar después en un museo.
Foto: EFE
SANTIAGO.- La cápsula "Fénix 2", usada en el rescate de los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, podría ser el centro de una exposición itinerante por el mundo para compartir el testimonio de la mayor hazaña de supervivencia bajo tierra.

En una entrevista con TVN, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, dijo que la muestra serviría para ilustrar también con pequeños detalles el extenso encierro que soportaron los operarios.

"Entre las cosas que nos han pedido es que podamos hacer una exposición que recorra el mundo, con la cápsula, con un video, pero también con las cosas humanas", explicó el jefe de gabinete.

"La gente quiere conocer donde comían, en qué platos, cómo se organizaron", agregó, al comentar que luego podría erigirse un museo para conmemorar el accidente, aunque desconoce si se instalará en la mina, ya que dependerá de los procesos legales que se sigue a los propietarios de ésta.

Hinzpeter reveló además que entre las anécdotas de la convivencia bajo tierra, los mineros tuvieron que medir una brisa interna para determinar la ubicación de un improvisado baño y evitar los malos olores.

"Al principio se equivocaron y lo pusieron al revés y en las noches la pasaban medio mal, porque la brisa traía los recuerdos", dijo el ministro entre risas.
PAREJA DE YONNI BARRIOS COMENTA SIN FILTRO SU VIDA ÍNTIMA
Susana Valenzuela, conocida como la amante del "enfermero" de la mina San José, fue entrevistada por una radio colombiana, donde no omitió ningún detalle de su relación.
Emol
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Viernes 15 de Octubre de 2010 14:10

Susana y el esperado reencuentro con Yonni Barrios, su pareja hace más de 10 años.

SANTIAGO.- Yonni Barrios, uno de los 33 mineros rescatados desde la mina San José, ha adquirido fama mundial no sólo por ser protagonista de este histórico acontecimiento, sino también por sus líos de faldas.

La actual pareja de Barrios es Susana Valenzuela, quien lo esperó a la salida del ducto de rescate y se ha encargado de aumentar aún más la fama del minero contando detalles bastante íntimos de su relación.

La mujer ha conversado con varios medios nacionales, pero también con la prensa internacional. Una de esos medios es radio LAFM de Colombia (escuchar audio), donde Susana Valenzuela contó sin tapujos varios pormenores de los 10 años que lleva junto a Barrios.

"Yonni Barrios es mío y chao. Ni un otro mono más entra acá", fueron algunas de las declaraciones más suaves de la mujer.

La actual pareja de Barrios disparó también en contra de Marta Salinas, la esposa de Barrios de la cual está separado.

"Cuando aparece el dinero, los muertos salen de la tumba", dijo Valenzuela refiriéndose a la donación del empresario Leonardo Farkas a los 33 mineros.

La conversación subió de tono cuando fue consultada por cómo recibió a su pareja y qué fue lo que conversaron en los primeros minutos.

"Él me dijo que me escondiera en el hospital, pero si me quedaba lo podía 'matar' justo cuando salió de la mina", reveló Valenzuela en relación a la petición de Yonni Barrios de que pasara la noche con él mientras estaba internado.

"¿No le molesta que le diga la amante?", preguntó la periodista, a lo que la actual pareja de Barrios respondió: "No, pero digan que yo soy la que le quitó el marido a la otra", desatando la risa de los conductores del espacio radial.















Mineros admiten que el dinero los llevó a trabajar bajo condiciones de inseguridad
En la primera conferencia de prensa oficial tras el rescate, siete de los 33 mineros pidieron prudencia a los medios y confirmaron que planean contar sus secretos en un libro.

COPIAPÓ.- A tres días de ser rescatados desde las profundidades de la mina San José, hoy por primera vez siete de los 33 mineros hablaron de manera oficial, ocasión en la que pidieron prudencia a los medios de comunicación y confirmaron que escribirán un libro con los secretos de lo vivido durante los 70 días de encierro.

Los trabajadores Claudio Yáñez, Juan Carlos Aguilera, Daniel Herrera, Álex Vega, Darío Segovia y Luis Urzúa, fueron representados por su par Juan Illanes ante la prensa nacional e internacional que llegó hasta las dependencias de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) en Copiapó.

El vocero del grupo reconoció que aceptaron trabajar en el yacimiento debido a los altos beneficios económicos que percibían, aún cuando conocían los riesgos que implicaba la falta de seguridad laboral.

“Cuando tu tienes una condición laboral complicada y una empresa como esta te abre la puerta y te marca una diferencia sustentable respecto a la media, me refiero a los sueldos, y es instantánea… ¿Qué haces?... Yo la tomé. Es un asunto de recursos", dijo el minero de Juan Illanes.

En su alocución, Illanes también pidió respeto y consideración por el estado anímico de los "33 de Atacama" y por la privacidad de sus vidas, en referencia, especialmente al caso de Yonny Barrios, quien tiene un lío amoroso.

El trabajador se quejó por una noticia, respecto de los "33 de Atacama", que fue escrita en un diario local calificándola como "cuchufleta" y de una llamada que recibió de una radio colombiana, "especulando cosas".

Illanes también se refirió a las demandas en seguridad señalando que "personalmente creo que es función de nuestros trabajadores y de las organizaciones sindicales el generar el primer paso", y que están esperando el anuncio del Gobierno en la materia.

También anunció que guardarán el secreto de sus vivencias durante los 70 días que estuvieron confinados a 700 metros bajo tierra, con la finalidad de escribir un libros, entre otras iniciativas.

"Hemos pensado también en algo relacionado con la capacitación laboral para todos los que quieran acceder a la actividad minera y no tengan los medios para poder capacitarlos y entregarles un arma mejor", finalizó.










YONNI BARRIOS CONTRA LA HISTORIA OFICIAL: "MARIO SEPÚLVEDA FUE EL VERDADERO LÍDER"
El minero entregó una versión distinta a la que se conoce hasta ahora respecto del liderazgo que permitió la sobrevivencia de los "33 de Atacama" en las profundidades de la mina San José.

Barrios se hizo conocido por su rol como enfermero y sus ''líos amorosos''.
COPIAPÓ.- Hasta el último minuto del rescate se dijo que era Luis Urzúa, el jefe de turno, quien lideró y mantuvo el grupo bajo control en las horas más críticas durante los 70 días que estuvieron a 700 metros de profundidad, en el yacimiento San José.

Pero ayer, tras unas pocas horas de "libertad", esa versión fue cuestionada por el minero Yonni Barrios, conocido por ser quien ejerció de enfermero en la mina y por sus líos amorosos.

Al ser consultado respecto del liderazgo en las profundidades, el trabajador aseguró que quien asumió dicha posición no fue el jefe de turno sino que fue el minero Mario Sepúlveda, conocido por la efusividad que mostró luego de ser rescatado.

"Ahora lo puedo decir con toda franqueza. El que aportó desde el principio fue Mario Sepúlveda. Fue él quien hizo todo por nosotros, el que organizó todo el equipo. Nos alentaba para que no perdiéramos la esperanza de que algún día íbamos a salir", dijo el minero, quien anoche aún se mantenía con los lentes de sol especiales, enviados desde Estados Unidos.

¿Qué dirán de esta versión los otros "32 de Atacama"?.

Pacto de silencio

No obstante, el minero número 21 en ser sacado en la cápsula "Fénix II" aseguró que las decisiones se tomaban en democracia y descartó que haya existido alguna pugna entre los trabajadores.

También confirmó que el grupo hizo un pacto de silencio respecto de lo que ocurrió en los 17 días previos a ser ubicados y respecto de lo que causó el derrumbe el 5 de agosto pasado.

"De los 17 días que estuvimos encerrados no puedo hablar, porque hay una investigación. Sólo nosotros sabemos qué pasó ahí y por qué, y cuando termine la investigación puede que lo podamos comentar", dijo el trabajador.














GOLBORNE: "ME IMPRESIONÓ VER LAS LÁGRIMAS DE LOS RESCATISTAS EN LA SALIDA DE ÁVALOS"
El titular de Minería también recordó la emoción del ingeniero jefe del rescate, André Sougarret.
Emol
SANTIAGO.- El ministro de Minería, Laurence Golborne, indicó que uno de los momentos que más le impactó en los días que se mantuvo en el yacimiento San José, fue la salida del primer minero Florencio Ávalos.

"Ver lágrimas en los ojos de todos quienes participaron en el rescate cuando salió Florencio Ávalos", señaló el secretario de Estado, al ser consultado por TVN.

Agregó que también le sorprendió la emoción del ingeniero jefe del rescate, André Sougarret, del asesor del Gobierno, Cristián Barra, y de otros rescatistas.

"No tiene nada que ver expresar las emociones con quebrarse, ninguno de esos hombres se quebró", agregó.

"Si hubiese alguien escrito el guión de esta situación, lo hubiesen tildado de demasiado optimista. Fue una operación con un final feliz", añadió.





RESCATISTA MANUEL GONZÁLEZ: "LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN LA MINA ERAN INHUMANAS"
El primer socorrista en bajar al refugio de los mineros, indicó que sobre el final del rescate –cuando quedó completamente solo- estaba "cansado y quería llegar luego arriba, porque sabía que todos me esperaban".

SANTIAGO.- El rescatistas Manuel González, quien se hizo conocido por ser el primero en bajar hasta el refugio de los 33 mineros el día del rescate, señaló que al llegar hasta las profundidades de la mina se pudo percatar que las "condiciones de trabajo eran inhumanas".

Al momento de su llegada los trabajadores "me abrazaron, me felicitaron. Yo lo único que quería era llegar abajo y verlos bien. Gracias a la planificación de más de 60 días logramos nuestro objetivo", señaló.

"Acá no hay ningún héroe. Nos tocó la suerte a nosotros seis y lo hicimos muy unidos. Logramos sacar la tarea adelante. Cumplió Chile", agregó.

Sobre las condiciones que encontró en el refugio, González dijo que la temperatura bordeaba los "40 grados Celsius, por la gran humedad la gente andaba semidesnuda. Fue impresionante. Uno dimensiona las dimensiones en que vivían. Uno los vio con su alimentación regular, pero sus primeros días debieron haber sido terribles".

"Los grandes héroes de todo esto son ellos, nosotros cumplimos la parte final", añadió

Al ser consultado sobre la sensación de haber quedado completamente solo por ser el último rescatistas en ser izado a la superficie, González contó que estaba "cansado y quería llegar luego arriba, porque sabía que todos me estaban esperando".


LA PRENSA LATINOAMERICANA LE DICE A SUS GOBIERNOS QUE APRENDAN DE CHILE
Diversos medios de comunicación expresaron hoy su admiración por el operativo de rescate de los 33 mineros.
AFP
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Jueves 14 de Octubre de 2010 18:05

Los 33 están hoy a salvo.

MONTEVIDEO.- Solidaridad, perseverancia, coraje: la prensa latinoamericana expresó este jueves su admiración por el operativo de rescate de los 33 mineros atrapados durante 69 días en el yacimiento San José, y pidió a sus gobiernos aprender de la experiencia chilena.

-La Nación (Buenos Aires): "No da envidia. Despierta admiración y, en el fondo, nostalgia: ¿Cuánto hace que los argentinos no nos enorgullecemos de nosotros mismos como sociedad en lugar de vanagloriarnos por el crédito de un polo o un sector en particular? Esa es la diferencia con Chile, acaso más monumental que la Cordillera de los Andes. Y es, también, la consecuencia de vivir en una guerra permanente contra nosotros mismos en la cual es imposible que haya ganadores".

-El Nacional (Caracas): "Para cooperar en el logro de objetivos compartidos y obtener resultados exitosos sólo es necesario saber identificarlos y actuar de buena fe. Tal fue el caso de los mineros de Atacama. Podría ser el caso, entre nosotros, de la disminución de la violencia, de los atracos y los asesinatos. No hace falta deponer ideas ni arriar banderas para hacerlo. Basta con convocar a las mejores reservas que tenemos en nuestra sociedad, con abrirse a los otros y armarse con los instrumentos de la paz y la concordia, en vez de hacerlo con las armas del odio y de la guerra".

-El Universal (México): "Muchos mexicanos se preguntaron ayer en la calle y en las redes sociales ¿por qué no pasó lo mismo en Pasta de Conchos, México, hace cuatro años, cuando 65 mineros quedaron bajo los escombros? La respuesta inmediata, de inercia, fue que aquí no se quiso rescatar a las víctimas. En realidad, la negligencia se dio antes del accidente. Mientras los chilenos enfrentaron la tragedia con solidaridad y temple, en México todos estuvieron más interesados en repartir culpas que en hallar soluciones. Esa fue la gran lección que nos dieron".

-El Tiempo (Bogotá): "Es la confirmación de la austral como una de las sociedades más desarrolladas de América Latina. Los recursos técnicos y humanos desplegados por el Gobierno y el sector privado -se calculan inicialmente en 22 millones de dólares- se equiparan a cualquier operación en un país industrializado. La perseverancia, tenacidad, fortaleza mental y aguante de los mineros, sus familias y el equipo de rescatistas son adjetivos que hoy se atribuyen a la sociedad chilena en su conjunto. El Presidente Piñera, quien apostó el prestigio de su naciente administración a un rescate con pronóstico reservado, representa hoy la unidad de su país frente a las tragedias naturales y a los accidentes industriales".

-El País (Montevideo): "Chile ha dado una lección al mundo de fe, coraje y capacidad técnica, tres características que no siempre van juntas en nuestra América Latina".

-El Comercio (Quito): "La nítida conducción política, la efectividad de la tecnología puesta al servicio de las mejores causas y una unidad nacional inquebrantable han dado ejemplo de una sociedad organizada, que debería ser imitado en otros países como el nuestro, donde la disputa intestina carcome la institucionalidad y ni siquiera la muerte de inocentes compatriotas parece movernos a la reflexión. Un Gobierno preparado, una solidez institucional y un espíritu cuya fortaleza ya se erige como ejemplo de fe, puso pausa a la ansiedad por el rescate y dio lección universal de esperanza y unidad".






PERFORADOR ESTADOUNIDENSE QUIERE VOLVER A CHILE PARA SALUDAR A LOS MINEROS RESCATADOS
Brandon Fisher, el presidente de la empresa Center Rock, contó a CNN que eligió salir de Chile antes de que comenzaran a salir los mineros, para "no molestar" a los médicos y rescatistas.
WASHINGTON.- El presidente de la empresa norteamericana que facilitó al Gobierno de perforadoras para las labores en la mina San José -y quien retornó a Estados Unidos el martes- dijo hoy que quiere volver al país para saludar en persona a los mineros rescatados, en parte, también gracias a su esfuerzo.

Brandon Fisher, el joven presidente de la empresa de perforaciones Center Rock, contó a la televisora estadounidense CNN que eligió salir de Chile el martes, antes de que comenzaran a salir los mineros, para "no estar en el medio y molestar" a los médicos y rescatistas.

"Era el momento de irnos y dejar a los chilenos hacer su trabajo", dijo Fisher, quien llegó a Chile desde Pennsylvania a principios de septiembre con una poderosa perforadora que sirvió para construir el túnel vertical por donde se sacó a los mineros atrapados.

Fisher contó que vio por televisión parte del rescate, y aseguró que volverá a Chile "cuando se haya asentado la polvareda" levantada por la cobertura del histórico rescate.

"Quiero volver a ver a mis compañeros rescatistas, en una situación mucho menos estresante, por supuesto, y espero también poder conocer a los treinta y tres mineros", dijo Fisher desde la localidad de Berlin, en Pennsylvania.

"Fue un gran desafío" cavar la vía de escape, relató Fisher, según el cual "la industria de la perforación es imprevisible, cuando se perfora a través de lo que la Madre Naturaleza puso ahí hace millones de años".

Fisher es ahora una celebridad en Berlín, donde el diario local Daily American publicó en su portada una fotografía del empresario junto a varios de sus empleados observando el miércoles a través de internet las tareas de rescate en Chile.

En la entrevista con el Daily American, incluso recordó sus animados contactos, a la distancia a través de la piedra, con el minero Mario Sepúlveda, famoso por su histriónica salida a la superficie. "Sabía que él iba a hacer algo" divertido al ser rescatado, dijo Fisher.
















LUIS URZÚA CUENTA DETALLES INÉDITOS DE LOS DÍAS AL INTERIOR DE LA MINA SAN JOSÉ
El último de los mineros en ser rescatado comentó que habían pegado varios papeles en la primera sonda que llegó al refugio, pero sólo el que confirmó que estaban con vida, llegó a la superficie.

Al igual que los 70 días que permaneció al interior de la mina, Luis Urzúa demostró gran fortaleza en los instantes finales del rescate.
COPIAPÓ.- Tras convertirse en el último de los mineros en ser rescatado desde la mina San José, Luis Urzúa conversó con el Presidente Sebastián Piñera y el ingeniero André Sougarret, contándoles detalles inéditos de los días al interior del yacimiento.

"Cuando llegó la primera sonda al refugio todos querían abrazar el martillo. Eran las seis de la mañana cuando llegó la primera sonda y teníamos todo un protocolo para el primer día que llegara una sonda. Pero se olvidó todo, todos querían abrazar el martillo", relató Urzúa.

El jefe del rescate contó además que en esa primera sonda que los halló con vida tras 17 días de incertidumbre, "había varios papeles: uno decía 'mándame comida, 'tengo hambre'. Fueron bastantes papeles, pero Dios quiso que llegaran los que debían llegar".

El mensaje que confirmó a todo el mundo que los 33 mineros estaban con vida fue escrito por José Ojeda, y resumía perfectamente toda la información necesaria: "Estamos bien los 33 en el refugio".

Según Urzúa, tras el accidente, ocurrido el 5 de agosto, tardaron unas tres horas en constatar cuál era su situación, producto de la polvareda que se levantó. Hicieron varios intentos para salir, y "mucha gente de repente trató de hacer cosas que no eran las mejores, pero por suerte supimos mantener la cordura, y gracias a Dios no hubo ningún accidentado", explicó.

Su principal preocupación, entonces, fue la suerte de otros compañeros que en ese momento estaban abandonando la mina tras su turno de trabajo. "Rogamos porque teníamos 3 ó 4 personas que iban saliendo. Siempre nos preguntamos si habrían salido o no", dijo.

"Nosotros veíamos como perforaban las máquinas. Los primeros cinco días estábamos seguros que estaban trabajando por la mina, pero veíamos que era difícil. Sabía como estaba la cosa", relató Urzúa.

Respecto a los estados de ánimo que enfrentó durante el encierro, Urzúa detalló que "de repente podía decaer pero tenía la suficiente fortaleza para hablar con los trabajadores, decirles lo que estaba pasando".

Urzúa también recordó los primeros días de encierro y que tenían "poquita comida". "Al último estábamos comiendo cada 48 horas, para dejar algo para más adelante", confesó.

"Los que tenemos fe, teníamos la esperanza de que algún día podíamos ser rescatados. Le damos las gracias a Dios", agregó.

Piñera, por su parte, le manifestó la preocupación que se vivió en Chile porque "perforábamos pero no sabíamos dónde estaban, si estaban vivos o muertos". "Se lloró en todos los hogares de Chile de alegría y emoción", afirmó el Mandatario.

"No lo vamos a olvidar nunca", concluyó.




EL RESCATE COSTÓ ENTRE 10 Y 20 MILLONES DE DÓLARES, SEGÚN EL PRESIDENTE
En los próximos días habrá un informe pormenorizado de los gastos del operativo de búsqueda que se desarrolló durante 70 días.

''Cda peso valió la pena, cada peso se gastó bien'', enfatizó el gobernante.
COPIAPÓ.- El Presidente Sebastián Piñera estimó que el costo total de la operación de rescate de los 33 mineros estuvo entre los 10 y 20 millones de dólares.

Según indicó el Mandatario en entrevista con TVN, un tercio del dinero fue financiado por donaciones privadas, mientras "los dos tercios los asumió el Estado".

El Mandatario señaló que "cada peso valió la pena, cada peso se gastó bien" para poder rescatar a los 33 mineros, que estaban atrapados en el yacimiento San José desde el pasado 5 de agosto.

También indicó que en los próximos días habrá un informe pormenorizado de los gastos de este operativo de búsqueda y rescate que se desarrolló durante 70 días.

"Lo importante no era que teníamos los recursos sino el mejor equipo humano que se haya constituido en la historia de nuestro país. Un equipo de excelencia", agregó el Presidente.

El Mandatario destacó además el hecho de que unas 1.000 millones de personas vieran el rescate en los televisores alrededor de todo el mundo, señalando que "creo que nunca los ojos del mundo estuvieron tan pendientes de Chile".
CON SALIDA DEL SOCORRISTA MANUEL GONZÁLEZ CULMINA EXITOSO OPERATIVO DE RESCATE MINERO
Tras permanecer solo por algunos minutos en el fondo del yacimiento, el funcionario de El Teniente llegó a la superficie a las 00:33 horas. "Ojalá nunca más pase esto", le manifestó al Presidente Piñera.
Agencias
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Jueves 14 de Octubre de 2010 00:50

Manuel González debió permanecer solo por algunos minutos al interior del yacimiento.

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COPIAPÓ.- Tras colaborar en el rescate de los 33 mineros atrapados, Manuel González, el último socorrista que quedaba en el fondo de la mina San José llegó a la superficie la madrugada del jueves, poniendo fin al operativo de rescate más grande en la historia de la minería mundial.

González, un experimentado funcionario de la mina El Teniente, que fue el primero en tomar contacto con los mineros el martes, llegó a la superficie a las 00:33 horas.

Las últimas imágenes del rescatista fueron las de un hombre solitario en una galería de la mina, hablando por teléfono con los técnicos de la superficie. "Manuel González Pavez, el héroe de los 33", repetían los técnicos, quienes repasaban los momentos más emotivos del rescate.

"Yo estoy hace una semana aquí y ya echo de menos a mi mujer y mis hijos, imagínate para ellos con 70 días, es terrible!", dijo González desde las profundidades.

Cuando llegó, en una escena parecida al alunizaje del Apolo XI en la Luna, tanto González como los mineros se emocionaron. "Se dieron cuenta que al final resultó y que iban a salir todos", dijo el socorrista. "Me sentí muy emocionado (cuando llegué). Sentí muchos cariños de ellos, fue muy bonito. Esos primeros momentos uno no los va a olvidar en la vida", afirmó.

Ya a salvo en la superficie, González le dijo al Presidente Sebastián Piñera: "Lo encargado está listo". Piñera le respondió: "Don Manolo, usted fue el último. ¿Cuál fue su último pensamiento?". "Que ojalá nunca más pase esto. Ojalá nos sirva de experiencia, que las cosas en la minería chilena sean diferentes".
HERMANA DE FLORENCIO Y RENÁN ÁVALOS: "ESTAS HORAS COMPENSAN TODA LA ANGUSTIA"
Berta Ávalos calificó lo ocurrido como una "película de terror, pero con final feliz".
Por Francisco Águila, enviado especial a Copiapó
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Miércoles 13 de Octubre de 2010 21:48

El vigésimo quinto minero rescatado Renán Ávalos saluda al llegar a la superficie.
COPIAPÓ.- Era la única familia que tenía a dos de los suyos a 700 metros bajo tierra, en la mina San José. Pero la compleja situación comenzó a solucionarse a las 00:12 horas de hoy cuando Florencio Ávalos fue el primero en salir desde el fondo del yacimiento, en la cápsula "Fénix II".

Pero fue recién a las 18:23 horas cuando la felicidad de la familia Ávalos Silva se completó, según dijo Berta, una de las hermanas del clan.

"Ahora podemos decir que estamos completamente felices. Anoche estábamos felices, pero ahora sí completamente porque ya son los dos. Se completó la familia y se completó la felicidad", señaló la joven, que tiene 5 meses de embarazo.

Berta Ávalos recordó que cuando recibieron la noticia de que ambos hermanos habían quedado atrapados bajo tierra, fue un golpe muy duro porque era "un doble dolor", y calificó lo sucedido como "una película de terror, pero con un final feliz".

"Estas son las mejores horas y compensan toda la angustia, el frío, el hambre y la impotencia que sentimos en estos dos meses. La felicidad y el amor son mucho más grandes", dijo entre lágrimas la mujer.

Ahora Berta espera ver a sus hermanos en el Hospital Regional de Copiapó, donde espera escuchar "qué nos van a decir ellos a nosotros, porque imagino que también nos extrañaron".

CON LA SALIDA DE LUIS URZÚA, CONCLUYE EL HISTÓRICO RESCATE DE LOS "33"
El jefe de turno fue el último en dejar las profundidades de la mina, a bordo de la cápsula "Fénix II". Fue recibido en la superficie en medio de muestras de júbilo.

En un momento muy emotivo, el jefe de turno entonó junto a las autoridades y los rescatistas el himno nacional.
COPIAPÓ.- A las 21:55 de este miércoles y tras 22 horas y 34 minutos de ardua tarea, en medio del júbilo de todo Chile, Luis Urzúa se convirtió en el último minero atrapado en dejar las profundidades del yacimiento San José.

Apenas dejó la cápsula "Fénix II", Urzúa se dirigió al Presidente Sebastián Piñera para entregarle el turno, tal como habían acordado el día que sostuvieron la primera conversación.

"Estoy orgulloso de lo que ha hecho. Gracias a todo Chile, a los rescatistas y a todas las personas que han cooperado. Me siento orgulloso de ser chileno y de vivir en este país", dijo el trabajador.

El Mandatario, en tanto, lo felicitó por su buen desempeño durante estos 70 largos días de encierro y reiteró su agradecimiento a todos aquellos que trabajaron "incansablemente" para que el rescate concluyera de esta manera.

Tras ellos, y en un momento marcado por la emotividad, todos juntos entonaron el himno nacional.

Al finalizar, las palabras de reconocimiento se extendieron al jefe de las operaciones de rescate, André Sougarret: "Tuvimos una conversación bastante fluida, siempre hablando con la verdad, y espero que las confianzas sigan igual. Gente como usted vale mucha plata aquí en Chile"

La ansiada jornada final

Previo al rescate del jefe de turno, el campamento "Esperanza" se convirtió en el centro de la prensa nacional e internacional.

Reporteros en diferentes lenguas trasmitían a sus países las emociones de los familiares de los mineros, que rompían en llanto y gritos de alegría cada vez que uno de ellos retornaba a la superficie. Ya podían decir que "estaban a salvo y de vuelta en casa".

A medida que se acercaba la hora final del rescate, los familiares compartían entre ellos huevos duros, pescados fritos, dulces y bebidas, que fueron preparados tanto por voluntarios como por ellos mismos.

Durante todo el día, no se apagaron los televisores que estaban instalados afuera de las casas rodantes y camiones de los canales de televisión nacionales o en las carpas de las familias de cada trabajador.

Aunque también un grupo mayoritario de casi 50 personas siguió el rescate en el comedor del campamento "Esperanza", donde resaltaban figuras religiosas traídas por diferentes personas.

Cuando el frío y la noche comenzaban a caer, como en tantas jornadas anteriores, las fogatas a base de carbón iluminaron como luciérnagas esta desértica zona de Copiapó.

ESO, HASTA QUE LLEGÓ LA HORA DE LA FAMILIA URZÚA, EL ÚLTIMO DE LOS "33"
PRESIDENTE PIÑERA, TRAS EXITOSO RESCATE: "LO HICIMOS A LA CHILENA Y LO HICIMOS BIEN"
El Mandatario prometió un "nuevo trato" a los trabajadores y garantizó que lo ocurrido en la mina San José "no va a quedar impune".
Por Leonardo Núñez, enviado especial a Copiapó

SANTIAGO.- En su primer discurso tras el exitoso rescate de los 33 mineros que se mantuvieron más dos meses al interior del yacimiento San José, el Presidente Sebastián Piñera llenó de elogios a los trabajadores atrapados y a los encargados de liderar el operativo que ha dado la vuelta al mundo.

"Lo hicimos a la chilena y lo hicimos bien", fue su primera reflexión al enfrentar los micrófonos.

Pero el Mandatario también aprovechó la ocasión para prometer un "nuevo trato" a los trabajadores chilenos en alusión a las cuestionadas medidas de seguridad del yacimiento perteneciente a la minera San Esteban.

"Lo dijimos el primer día, esto no va a quedar impune, los que tengan responsabilidades van a tener que asumir sus responsabilidades", dijo Piñera.

"Ha sido una gran lección para todos los chilenos y para nuestro Gobierno: mejorar nuestros sistemas, nuestras actitudes, nuestros procedimientos para resguardar mejor la vida, la integridad de nuestros trabajadores (…) Eso es algo que se lo debemos a todos los chilenos y espero, en muy pocos días más, poder anunciar un nuevo trato con los trabajadores y las trabajadoras chilenas", anunció el Mandatario.

"Los mineros no son los mismos que quedaron atrapados, han salido fortalecidos. Pero Chile tampoco es el mismo, Chile está más unido que nunca y es más respetado y más valorado (…) Los mineros han sido un ejemplo de grandeza", añadió.

Tras recordar que este ha sido un año "complejo", Piñera hizo hincapié en que a pesar de los desastres, Chile "enfrentó el terremoto unido (...) y el rescate de los 33 mineros también lo estamos haciendo unidos".

Además, reconoció que se emocionó al ver a Luis Urzúa, el último minero en ser rescatado esta noche del yacimiento.

"La verdad es que cuando vi el rostro de Luis Urzúa, el último minero que salió de las entrañas de la mina, me emocioné como están emocionados hoy día todos y todos los chilenos (…) Hay celebraciones en todos los hogares de Chile, pero la más importante de todas es la que estamos celebrando en el corazón, en la conciencia de todos y cada uno de los chilenos", puntualizó, mientras algunos de los familiares de lo mineros corrían al cerro para celebrar, en el sector de las bandera, el fin de 70 días de angustia.










CON GRITOS, BOCINAS Y CHAMPAGNE, SE DESATA EL CARNAVAL EN COPIAPÓ

Algarabía total se vive en Copiapó tras el rescate de los 33 mineros.
SANTIAGO.- Con gritos, bocinas, abrazos interminables y champagne, los habitantes de Copiapó celebraron ante la mirada de todo el mundo varios la extraordinaria hazaña de sus mineros, rescatados tras casi 70 días bajo la tierra.

"Hace llorar tanto una historia tan bonita", comentó el lustrador de botas de la plaza principal de Copiapó, uno de los tantos que daba brincos fervorosos en la ciudad, convertida durante más de dos meses en el epicentro del mundo gracias a "sus 33 niños" cuyo rescate culminó este miércoles.

"Yo fui al mundial en Sudáfrica. Pero este es el verdadero campeonato mundial de Chile. El campeonato mundial del mundo", dice Raúl Palma, ya sin voz de tantos gritos. "Yo estoy festejando desde hace 48 horas, sin dormir.

"Nuestros 33 niños han emergido de nuestra tierra", vocifera Mildred Bravo, acompañada de toda su familia celebrando esta historia con ribetes de epopeya, en medio de un ruido impresionante de campanas y sirenas.

En una ciudad que duerme temprano y que se sentía completamente olvidada de la Tierra, Copiapó le gritó al mundo: "están vivos, están con nosotros, sí, sí, sí, los mineros de Chile".

En Santiago y provincia

En tanto, en la Plaza Baquedano de Santiago más de 200 personas celebraron con pancartas, banderas y copas de vino el exitoso rescate de los 33 mineros.

Autos colmados de personas gritaban "grande mineros, Chile los quiere...". Mientras que en Concepción un centenar de personas llegó a la Plaza de Armas a manifestar su alegría y emoción por la salida a la tierra de los 33 trabajadores, especialmente por Raúl Bustos que nació en el puerto de Talcahuano.

De igual forma se vivió en Coyhaique. La algarabía era total en las calles al conocer que el minero Richard Villarroel, oriundo de dicha ciudad sureña, se encontraba en buenas condiciones y de muy buen ánimo.













HERMANO DE FRANKLIN LOBOS: "NUNCA MÁS TRABAJARÁ EN UNA MINA"
Abraham Lobos dice que la familia le prohibirá al ex futbolista ingresar nuevamente a un pique minero.

El ex futbolista recibió una pelota a su salida del yacimiento San José.
COPIAPÓ.- La familia de Franklin Lobos, el trabajador número 27 en ser rescatado, tiene prohibido volver a trabajar en una mina tras permanecer 70 días atrapado en el yacimiento San José.

La advertencia fue hecha por su hermano, Abraham Lobos, mientras le caían lágrimas al ver libre al ex compañero de Iván Zamorano en Cobresal.

"Veremos qué es lo que va a querer hacer ahora, pero menos mina. Nunca más trabaja en una mina, porque ya la pasó una vez un accidente y ésta es la segunda vez", dijo el hombre, recordando que antes de esta dura experiencia, Franklin estuvo cerca de morir.

Fue en 2006, en la Mina Carola, cuando el incendio de un camión mató a dos trabajadores y obstaculizó la salida por varias horas. Entre los 70 mineros atrapados, que debieron refugiarse del humo, también estaba Lobos.

Los miembros de su familia que no pudieron recibirlo en la superficie, siguieron el rescate en la carpa que armaron en el campamento "Esperanza" días después del derrumbe del 5 de agosto.

"Estábamos un poco nerviosos pero después se nos pasó. Esperábamos este momento, queríamos verlo afuera", contó Abraham.

Respecto de la condición física del ex jugador de fútbol, su hermano dijo que "lo vi muy bien, porque como siempre ha sido deportistas, hace gimnasia y entrena casi todos los días". De hecho, el primer trabajo que le ofrecieron fue realizar el curso de director técnico que, para la tranquilidad de su familia, lo mantendría alejado de la mina.
















MINERO FANÁTICO DE ELVIS RECIBE INVITACIÓN PARA IR A LA MANSIÓN DEL "REY DEL ROCK"
Los administradores de los bienes de Elvis dijeron que quieren reconocer la admiración de Edison Peña, por lo que podrá acudir a Graceland junto a un acompañante.

Peña fue el duodécimo minero rescatado hoy.
SANTIAGO.- El minero Edison Peña, fanático de la música de Elvis Presley, recibió horas después de su salida una inusual invitación desde Estados Unidos: visitar Graceland, la mansión del fallecido rey del Rock and Roll, Elvis Presley.

Peña fue el duodécimo en emerger de las entrañas de la tierra en una la cápsula Fénix II, tras ascender por un túnel de 622 metros.

En reconocimiento a su admiración por el cantante estadounidense, Peña fue invitado a Memphis en compañía de la persona que él escoja, señaló un comunicado publicado en el sitio oficial de Elvis.

"Peña se describe a sí mismo como un gran admirador de Elvis Presley y el hombre, de 34 años, pidió el envío de música de Elvis hasta la mina para que los trabajadores atrapados pudieran cantar y mantener arriba su ánimo", dice la información.

Peña fue definido por sus compañeros y autoridades como uno de los mineros más realistas y pragmáticos durante los días de encierro. Al abandonar el encierro en la mina, les dijo a sus familiares que gracias a ellos estaban vivos.

La invitación no entrega mayores detalles sobre la visita, ni tampoco sobre la forma en la que deberá llegar hasta Estados Unidos el ahora famoso minero.


ALCALDE DE TALCAHUANO SOLICITA QUE CÁPSULA "FÉNIX II" SEA DEVUELTA A LA CIUDAD
Según argumentó, es un "símbolo para el puerto", ya que fue elaborada en Asmar y transportará a un minero oriundo de la zona.
TALCAHUANO.- El alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, expresó su intención que la cápsula "Fénix II", encargada de transportar a los 33 mineros hacia la superficie, regrese a Talcahuano una vez que concluya el rescate.

La idea del edil es poder exhibirla en el futuro museo que se pretende emplazar en la Casa del Almirante, ubicada en la Base Naval, que es parte de la reconstrucción de la Segunda Zona Naval, tras el terremoto.

La estructura de rescate, fue elaborada en los Astilleros de la Armada (Asmar), y según manifestó la autoridad comunal es "un símbolo para el puerto".

Esta iniciativa será informada formalmente al Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, Matías Purcell.

De acuerdo al relato del diario El Sur, Saavedra argumentó que se trata de una cápsula que fue elaborada en Talcahuano y que además sacará desde las profundidades del yacimiento a un habitante del puerto (Raúl Bustos), por lo que significa mucho para los habitantes de la ciudad.









TRAS PERMANECER 69 DÍAS ATRAPADO, LLEGÓ A LA SUPERFICIE EL PRIMER MINERO
Se trata de Florencio Ávalos, quien salió del ducto a las 00.10 horas y fue recibido por su esposa y sus dos hijos.

COPIAPÓ.- Florencio Ávalos, de 31 años y padre de dos hijos, se convirtió en el primero de los 33 mineros en ser rescatado desde el fondo de la mina San José, tras arribar a la superficie a las 00.10 horas de hoy.

El trabajador salió sonriente desde la cápsula "Fénix II" y abrazó primero a su pequeño hijo, Byron, quien lloraba de emoción, y luego a su esposa Mónica y su otra hija.

Luciendo un casco rojo y gafas oscuras, el minero fue recibido entre aplausos y luego se abrazó con el Presidente Sebastián Piñera, quien también lo esperaba en la superficie junto a Cecilia Morel.

Florencio Ávalos lucía en buenas condiciones, aunque de inmediato el equipo médico lo transportó en camilla hasta el hospital de campaña, montado en la explanada de la mina San José.
Tras el rescate, Wilson Ávalos, tío del minero, expresó que "estamos felices con esta victoria, sabemos que esto está en buenas manos". También destacó que el Gobierno "ha hecho su trabajo con delicadeza y calma".

En minutos previos, su padre, Alfonso Ávalos, había dicho que era un orgullo que su hijo fuera el primero en salir del fondo de la mina.

Producto del gran asedio en el lugar, la carpa que estaba habilitada para que el minero compartiera unos momentos con su familia fue destruida, por lo que debieron trasladarse hasta otro lugar.
IMPRESIONANTES FOTOS EN EL INTERIOR DE LA MINA SAN JOSÉ





















LAS DIFERENCIAS QUE SUPERÓ EL EQUIPO DE RESCATISTAS PARA CUMPLIR LA MISIÓN
El representante del Ministerio del Interior Cristián Barra y el sicólogo Alberto Iturra ni siquiera se despidieron al finalizar el operativo.
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Sucedió tres semanas después del primer contacto, el 22 de agosto, con los 33 mineros sepultados en la mina San José. Cristián Barra, encargado de gobierno interior y uno de los coordinadores del equipo de rescate, exigió a la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) que el sicólogo Alberto Iturra fuera marginado de la operación. ¿Las razones? Algunos mineros pidieron no hablar más con él y Barra consideró que éste se había convertido en una molestia. La Achs, sin embargo, determinó que Iturra continuaría hasta el final, y el gobierno debió acatar. Fue uno de los episodios críticos que vivió el equipo de rescate. "Si bajo tierra hubo roces por la convivencia obligada, en la superficie pasó lo mismo", resume un testigo de esos días.
La pugna entre Barra e Iturra se agudizó con el tiempo, al punto de que, después de estar juntos por más de 50 días, no se despidieron cuando finalizó la operación. Consultados Barra e Iturra, prefirieron no comentar el tema.
Otro roce ocurrió antes de que se "rompiera" definitivamente el techo de la galería de la mina, el sábado 9 de octubre. Los mineros habían recibido la instrucción de Geotec, firma que operaba el Plan B, de que cada uno grabara un saludo con una camiseta de la empresa. Fue más de una hora de grabación, que provocó que al llegar el martillo, las cámaras no tuvieran batería. El equipo de rescate se enfureció, porque, además, Geotec recibió, según fuentes gubernamentales, cerca de dos millones de dólares de la minera Doña Inés de Collahuasi por sus funciones.
No fue lo único que molestó al gobierno. En los primeros días de contacto, el dueño de Armamit les pidió a los cinco trabajadores de su empresa subcontratista que presionaran vía videoconferencia al Ejecutivo para que, de alguna forma, se le pagara por la utilización, a 700 metros bajo tierra, de sus máquinas en el operativo. Cada día, el dueño preguntaba a quién enviar la factura y el Gobierno optó porque no conversara más con sus trabajadores. Otra sorpresa ocurrió cuando varios mineros enviaron el mensaje "Fuerza al pueblo mapuche", en medio de la huelga de hambre, grabación que fue "bajada" para malestar de algunos familiares.
El conflicto se agudizó con la molestia de los parlamentarios de la zona por su escasa participación en el proceso. Incluso, se queja uno de ellos, les molestó sobremanera el haber sido relegados al momento del rescate final.
Según quienes participaron en el operativo, la utilización discrecional de las palomas fue un tema que generó varias discusiones, en especial cuando comenzaron a acumularse regalos. El criterio del Ejecutivo fue hacerles llegar todos los presentes, y el de la Achs, era entregar sólo lo que los mineros solicitaran. Cuando una marca deportiva envió un equipo completo de entrenamiento, se generó un debate. La Achs recomendó que, dado que los propios mineros habían pedido que "las cosas bonitas" se quedaran afuera, para no estropearlas, lo lógico era no enviarlas. El gobierno decidió otra cosa y durante toda la noche bajaron 17 palomas portando toda la indumentaria.
Al día siguiente, retornaron las 17 palomas con la ropa intacta.










CÓMO SE GENERÓ LA IMAGEN DE LA LLEGADA DEL RESCATISTA QUE SORPRENDIÓ AL MUNDO
Una cámara de alta definición instalada días antes en la galería permitió ver en vivo el rescate a 622 metros de profundidad.
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La imagen nítida del primer rescatista de Codelco, Manuel González, llegando a los 622 metros de profundidad y tomando contacto con los mineros, habló por sí sola. Un momento mágico y sorprendente que todo el mundo logró ver en vivo y en directo, gracias a una cámara de alta definición que se había instalado en la galería de la mina San José, hace un par de días.
No fueron necesarios los comentarios de los reporteros de los medios de comunicación que relataban con ansiedad el viaje de la primera cápsula Fénix. Las imágenes que dieron la vuelta al mundo se lograron captar gracias al desarrollo tecnológico de Micomo, empresa filial de Codelco y donde también participa la empresa de telecomunicaciones Nippon Telegraph & Telephone Corporation (NTT).
La idea de contar con imágenes al interior de la mina se gestó el 11 de septiembre, cuando se comenzó a planear la operación de rescate propiamente tal. La idea buscaba servir de apoyo y orientación al operador del sistema de izamiento de la cápsula Fénix 2. Por eso enfocaba al ducto y al lugar donde arribó la jaula.
Así lo explicó el gerente de Minería Subterránea de Codelco, Fidel Báez, quien indicó que la imagen nítida que vio todo Chile y el mundo fue la misma que le llegó al operador de este sistema, ubicado a un costado de la grúa que moviliza la cápsula.
Además, había otras dos cámaras instaladas en la jaula. Una enfocaba su interior y la otra la pared del pique.
El sistema utiliza un cable de fibra óptica que une la superficie con la galería de los mineros a través de uno de los sondajes que se realizó con anterioridad.
Báez explicó que cuando se supo que el rescate de los mineros demoraría meses y no semanas se tomó contacto con Micomo y se le solicitó el desarrollo de varios sistemas. Requerían uno que reprodujera imagenes y sonidos y, además, tuviera un ancho menor a cinco pulgadas. "Al principio, le pedimos que vieran la forma de introducir en un ducto de cinco pulgadas, un sistema de imagen y telefónico. Este permitió tener los primeros contactos con los mineros", explicó el experto de Codelco.
El gerente de Tecnología de Micomo, Luis Felipe Mujica, explicó que se trabajó en la selección de cámaras y equipos especiales.
"Tenía que ser equipamiento que cupiera por el pozo que se había abierto, de un diámetro de 85 milímetros máximo", indicó.
Además, confeccionaron un sistema especial para enviarle películas a los mineros a través de tarjetas de video las cuales se introducían en las cámaras que los 33 trabajadores tenían al interior de la galería.
La tecnología era conocida por la gigante estatal, ya que es la misma que ocupa en sus faenas mineras.
De hecho, actualmente la usan para monitorear el comportamiento de la roca al interior de la mina subterránea El Teniente.
Además, se utiliza para monitorear las partículas de aire que hay en Codelco Norte, donde está la mayor mina a rajo abierto del mundo.







EL ALEJAMIENTO DE LOS DUEÑOS DE SAN ESTEBAN TRAS HALLAR CON VIDA A LOS 33
En Santiago, trabajando y siguiendo por televisión el inicio del operativo estuvieron ayer Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny.
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En Santiago, trabajando y siguiendo por televisión el comienzo de los operativos de rescate de los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto en la mina San José, pasaron ayer el día los dueños de este yacimiento, propietarios de la minera San Esteban, Alejandro Bohn (45) y su cuñado Marcelo Kemeny (46).
En el entorno de los empresarios explican que ambos han mantenido un perfil bajo en las últimas semanas, pero han estado disponibles para las coordinaciones con el gobierno y el experto facilitador, el economista Jorge Quiroz, nombrado por la junta de acreedores para determinar el futuro de la compañía y sus activos.
Fuentes del sector explican que el alejamiento de los empresarios se remonta a una semana después del hallazgo con vida de los 33 mineros, el 22 de agosto. Ese día Kemeny se encontraba en Copiapó y alertó telefónicamente a Bohn de lo que ocurría, por lo que éste se desplazó en avión hasta la zona. "No es el momento de asumir culpas ni perdones, hay procesos de investigación", dijo Bohn entonces.
Kemeny y Bohn tampoco se han desplazado hasta el campamento Esperanza, donde sus cercanos afirman que podrían ser considerados un elemento distractor para las familias. Tampoco han tenido contactos recientes con el ministro de Minería, Laurence Golborne.
Sus ausencias han sido criticadas por los familiares y ayer fue cuestionada por la presidenta del sindicato de San Esteban, Evelyn Olmos, quien resaltó que "ellos deberían estar aquí, tratando de apoyar en el rescate y verificando que los compañeros salgan. Deberían haber llegado".
Apariciones públicas
La última vez que los empresarios hicieron una aparición pública fue el 1 de octubre, en la audiencia de formalización que se realizó en Caldera por el derrumbe que el 3 de julio le costó al operario Gino Cortés la amputación de una pierna.
En la oportunidad -en que fueron imputados por lesiones gravísimas y se decretó arraigo nacional para ambos- fueron fotografiados, pero evitaron hacer declaraciones.
La semana pasada volvieron a la zona, específicamente a Copiapó, pero sólo se dejaron ver en las reuniones a las que asistieron por el préstamo de $ 180 millones que Enami efectuó a San Esteban y que se utilizó para pagar los sueldos de septiembre de los más 300 trabajadores.
En el entorno de los empresarios explican que ambos esperarán el fin de las faenas de rescate para resolver cuándo se referirán a lo ocurrido tras el derrumbe.
Escenario complejo
Tras la conclusión de las faenas de rescate, se espera un complejo escenario para los dueños de San Esteban.
Fuentes ligadas a la investigación explican que una vez que sean dados de alta del Hospital de Copiapó, la fiscalía comenzará a interrogar a los mineros, para después tomarles declaración y preparar la formalización de cargos en su contra. En principio se analizó imputarlos por cuasidelito de homicidio, pero tras el hallazgo con vida se deberá analizar qué figura aplicar.
Por otra parte, podrían ser citados nuevamente a declarar ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados por el caso.
A esto se añade la demanda indemnizatoria por $ 4.900 millones que familiares de los trabajadores atrapados presentaron a fines de septiembre en contra de los dueños de la empresa, a la que podrían sumarse otras acciones civiles y penales.






MINEROS RELATAN LOS MOMENTOS MÁS DRAMÁTICOS DE SU ENCIERRO
La fe y el compañerismo los mantuvieron siempre con las esperanzas de que iban a ser rescatados desde el fondo del yacimiento.
Mario Gómez: "Siempre tuve fe de que iba a salir"
"Estoy muy bien anímicamente. Ahora en la mañana estuve con el Presidente y fue un momento muy bonito. Estoy bien".
Estas fueron las palabras que el minero Mario Gómez (63) dijo ayer a La Tercera mientras esperaba, en el Hospital de Copiapó, que el equipo médico le diera el alta.
Gómez es el más experimentado y de mayor edad de los 33 trabajadores rescatados. Además, fue el primero que envió una carta a la superficie luego de que la sonda hiciera contacto con el fondo de la mina en la mañana del 22 de agosto.
"Ahora quiero descansar, quiero visitar y estar con toda mi familia, que estuvo sufriendo tanto. Siempre tuve la fe de que iba a salir. Dios siempre estuvo con nosotros", manifestó el minero.
Mientras estuvo atrapado en el fondo del yacimiento presentó complicaciones de salud. Incluso, cuando bajaron dos paramédicos durante el rescate, se decidió que uno de ellos se preocupara solamente de él, puesto que le dio neumonía.
Para esto, Gómez fue preparado por medio de ejercicios para que su sistema respiratorio resistiera el ascenso por la cápsula Fénix 2. Para asegurar aquello, también se le puso una máscara de oxígeno durante el trayecto.
Gómez explicó que la enfermedad ocurrió por una corriente de aire que se formó cuando el sondaje definitivo rompió la losa.
"Me dio porque en los últimos cuatro días antes de salir, cuando llegó la sonda y rompió, hubo una corriente de aire. De ahí me dio una neumonía, pero ahora estoy bien", indicó.
Desde que fue internado en el establecimiento de salud, los médicos le administraron oxígeno durante todo el miércoles, hasta que mejoró su respiración.
Pero también el encierro le afectó la dentadura, por lo que ayer se le practicó una cirugía dental por un problema en sus muelas. "Ahora estoy bien de eso", dijo mientras esperaba en el establecimiento de salud.
Respecto de los pormenores de los días que estuvo encerrado, las situaciones que vivió con sus compañeros bajo tierra y lo que hará con su vida en el futuro tras el interés mediático del rescate, descartó comentar, porque, según él, está impedido de hacerlo en estos momentos.
"Eso es un tema que después vamos a hablar, pero por ahora no podemos hablar nada", declaró Gómez.
Carlos Mamani: "Después veré si vuelvo a Bolivia"
El miércoles, mientras aún se llevaba a cabo la operación San Lorenzo, el Presidente boliviano, Evo Morales, viajó a la mina San José para conocer a Carlos Mamani, el único extranjero de los 33 obreros atrapados en el yacimiento y que fue el cuarto en ser rescatado por la cápsula Fénix 2. El mandatario estaba dispuesto a viajar de regreso a Bolivia, ese mismo día, con Mamani, si es que el trabajador así lo decidía. Aunque el regreso con Morales no se realizó, familiares de Mamani confirmaron que viajará a La Paz el miércoles próximo, junto a su esposa Elizabeth y sus hijos. En la capital del país vecino se le realizará un homenaje y será recibido por el presidente en el Palacio Quemado. En un diálogo con cuatro hermanos, al que La Tercera tuvo acceso, Mamani reconoce que Morales lo invitó "personalmente" a regresar con él a Bolivia, pero que prefirió quedarse. "Le dije que me preocupaba mi salud en un viaje tan largo", comenta el minero. Según sus hermanos, Mamani no descarta optar por el ofrecimiento de trabajo "digno" que Morales le comentó antes de ayer, cuando lo visitó en el Hospital Regional de Copiapó en instantes en que trataba de convencerlo para que viajara con él a La Paz. Sin embargo, recalcaron que después de este viaje, que se prolongaría por dos días, regresará a Chile. "Tengo que solucionar algunos cosas, después veré si vuelvo (a Bolivia)", dijo refiriéndose a su finiquito con la minera.
Richard Villarroel: "Nos estábamos consumiendo"
"Pasó lo que tenía que pasar, no era muy esperado, pero nos sirvió para unirnos más", contó Richard Villarroel (23) ayer, desde el hospital de Copiapó.
En entrevista a TVN añadió que "el peor momento fue cuando cayó el segundo bloque, ahí fue el mayor miedo porque ahí ya se cerró por completo la mina. En ese momento pensé que no iba a volver a mi señora y que no iba a poder ver nacer a mi hijo".
Tras su llegada al centro asistencial, Villarroel se dio tiempo para atender a la prensa internacional. En conversación con el periódico británico The Guardian, el mecánico explicó que antes del primer contacto "estábamos esperando la muerte, nos sentíamos muy flacos. Yo, en ese momento, tenía miedo de no cumplirle a mi bebé que está en camino".
En la entrevista que fue difundida ayer en Inglaterra, Richard Villarroel comentó que "estábamos consumiendo nuestros cuerpos en el trabajo que desarrollábamos en movimiento. Por no comer bien -dijo- comenzamos a adelgazar más cada vez".
Consultado si antes de ser rescatados alguien temió por canibalismo, el joven mecánico explicó que mientras estuvieron atrapados y antes de hacer contacto con la superficie, "nadie hablaba de eso. Pero una vez que la ayuda llegó, se convirtió en un tema de broma, pero sólo una vez que nos encontraron. Hasta entonces, no se habló de canibalismo".
Osmán Araya: "La fe nos mantuvo con vida"
"Jesucristo fue mi único héroe". Con estas palabras respondió Osmán Araya cuando, a la llegada de su familia al hospital de Copiapó para el reencuentro, se le pidió que recordara y destacara a uno de sus compañeros que jugó un rol clave en el encierro. El minero, que sólo llevaba cuatro meses trabajando en el yacimiento San José, añadió que "estamos todos bien, el trabajo fue espectacular".
El mismo trabajador que desde el fondo del yacimiento enviaba videos a sus hijos prometiéndoles que "nunca los dejaré, lucharé hasta el fin para estar con ustedes", señaló después de su rescate que "nunca perdí la esperanza, la fe nos mantuvo con vida".
Araya, oriundo de Limarí, IV Región, fue sometido ayer a una cirugía bucal para extraerle dos piezas premolares que resultaron dañadas producto de las caries durante los 70 días del encierro.
Edison Peña: "Pensé que no íbamos a volver"
"Hemos aprendido mucho allá abajo, por ejemplo, a contar mucho más con nuestras familias. Y toda esa miel de lo que aprendimos queremos derramarla sobre mucha gente".
Así graficó Edison Peña (34), para el diario español El País, la experiencia de estar a 700 metros bajo tierra por 69 días.
Peña fue el duodécimo de los mineros que fueron rescatados el miércoles en la operación San Lorenzo.
Según declaró a ese medio, el momento más complicado que vivió durante este proceso fue cuando se vinieron abajo las toneladas de rocas, dejándolos a oscuras y sin escuchar a nadie.
"Pensé que no íbamos a volver a ver, nada más", reflexionó.
Además, contó que para tener a raya la ansiedad provocada por el encierro, corría todos los días por los 800 metros que separaban el taller del refugio.
En la entrevista, manifiesta que tenían conocimiento del interés mediático que provocó el accidente y que estaba preocupado de que todo se farandulizara.
Incluso, llegó a sus oídos que algunos periodistas insinuaron un posible montaje.
"Había oído que un periodista dijo que todo parecía un montaje. Me hubiese gustado que se viniera conmigo allí al fondo para comprobar si eso era un montaje", manifestó a El País el minero Edison Peña, dando por terminada toda discusión al respecto.
YONNI BARRIOS, EL PRIMERO QUE OPTÓ POR DESCOLGARSE DE "LOS 33"
Sólo irá a una cena con Leonardo Farkas, porque con el dinero que les donó se comprará una camioneta.
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Son las 22.40 horas del sábado y el minero Yonni Barrios, sentado en el comedor de la casa de su conviviente, Susana Valenzuela, en la población Juan Pablo II, termina la última cerveza de la noche. El festejo empezó al mediodía y Yonni ya está cansado, escuchando radio en silencio.
En realidad, siempre ha sido callado, y el transformarse en el hombre del ministro de Salud, Jaime Mañalich, bajo tierra, no modificó su carácter.
Desde que emergió de la mina, el miércoles, ha tomado algunas decisiones y se las ha comunicado, en breve y sin ahondar en detalles, a sus cercanos.
La primera es que no aceptará ninguno de los viajes que les han ofrecido a los 33, ni siquiera la propuesta de realizar aquel recorrido por Grecia que su familia lleva semanas planificando.
La segunda es que, al menos por un tiempo, no dará entrevistas, aunque sus cercanos lo presionen para que al menos acepte la de medios extranjeros, que han ofrecido pagar hasta dos millones de pesos por su historia.
La tercera es que no volverá a subir a la mina, ni para asistir a la misa que ayer congregó en el campamento Esperanza a 17 de sus compañeros.
"No fui, porque consulté con el sicólogo y me dijo que si no quería ir, que no fuera. Es muy pronto para mí, son muchos recuerdos. Quizás en un tiempo más, a lo mejor, vaya", afirma Barrios.
Su hijastro, Claudio Parra, cree que nunca volverá a la mina, y tampoco mantendrá una relación cercana con quienes convivió en el refugio por 69 días.
"El siempre ha sido un ermitaño y eso no ha cambiado. Yonni no tiene amigos y no hizo amigos allá abajo. Nunca habla de lo que le pasa, lo único que hace es sentarse al lado de la radio y escuchar rancheras. Y ahora que volvió, es el mismo nomás", concluye Parra, inquieto, porque Barrios "va a dejar pasar todas las oportunidades, porque es muy aislado".
A 700 metros bajo tierra, "el gran Yonni Barrios", como lo llama Mañalich, tuvo que renunciar, por obligación, a su ostracismo.
Fue el encargado en el refugio de ejecutar el operativo médico que, desde la superficie, los expertos idearon para mantener en las mejores condiciones posibles a los mineros atrapados en las entrañas del yacimiento San José.
Por su labor, Mañalich le ofreció realizar, de forma gratuita, cursos de perfeccionamiento en primeros auxilios, que Yonni aceptó realizar.
También lo convocaron a dar charlas motivacionales. Lo está pensando, aunque lo más probable es que lo rechace.
Sí asistirá el martes a la cena que les dará, en Caldera, Leonardo Farkas, sólo porque con los cinco millones de pesos que le regaló el empresario tiene pensado comprar una camioneta. Pretende dedicarse a la minería de manera independiente y salir, solo por el desierto, en su camioneta nueva y escuchando rancheras, a buscar pirquenes.
De lo que pasó en los días de oscuridad, Barrios sólo ha revelado que, a su juicio, el verdadero líder no fue el jefe de turno, Luis Urzúa, sino Mario Sepúlveda, y que aquello de "dos mujeres, un camino" -su esposa no es Valenzuela, sino Marta Salinas- con que se hizo conocido internacionalmente, era "una broma que me hacían para pasar el rato".
En lo demás, ha decidido respetar el pacto de silencio, aquel silencio que tanto le acomoda.
Sus compañeros pidieron cuidar privacidad
Aludiendo directamente a lo sucedido con Yonni Barrios, en su primera conferencia de prensa, los mineros expresaron, a través de su vocero, Juan Illanes, que les preocupaba que los medios de comunicación no respetaran la "privacidad y los espacios" de los trabajadores rescatados en la operación San Lorenzo.
MINEROS DENUNCIAN QUE NO LES DIERON PERMISO PARA SALIR TRES HORAS ANTES DEL DERRUMBE
Operarios rescatados aseguran que ejecutivos y dueños no los autorizaron a salir de la mina, pese a sus pedidos.
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Hablar de casualidades y de sorpresas no cuaja bien en esta historia. Uno de los 33 mineros, el ex militar chillanejo Juan Illanes, reveló que el jueves 5 de agosto, a las 11 de la mañana, tres horas antes del derrumbe que los sepultó en vida a él y a sus compañeros durante casi 70 días, avisaron a los encargados de la Minera San Esteban S.A. que los crujidos del yacimiento eran más fuertes que de costumbre.
También, de acuerdo con Illanes, solicitaron salir a la superficie, lo que les fue negado, específicamente por el gerente de operaciones de la mina, Carlos Pinilla.
Las acusaciones hechas por Illanes al diputado Carlos Vilches (UDI), integrante de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, motivaron que éste contactara a varios integrantes del grupo para pedirles que entregaran su testimonio en el Congreso.
"Me señaló que a las 11 empezaron a sentir ruidos muy fuertes. Pidieron salir y les negaron el permiso. Ellos (los mineros) piensan que hubo negligencia de los dueños y gerentes. Las condiciones y el riesgo eran cosa sabida, pero estos señores (actuaban) como si lloviera (…). Lo razonable era sacarlos", dijo Vilches, quien también confirmó que varios ya han accedido a entregar su testimonio .
La versión de Illanes fue confirmada por sus compañeros Jimmy Sánchez y Omar Reygadas. "La mina estaba sonando y nos dejaron adentro, pero no puedo hablar más de eso", respondió Sánchez.
"Yo estaba en un cargador, cuando ocurrió. Después escuché lo de la llamada. Debe haber sido el jefe de turno (Luis Urzúa) o el capataz (Florencio Avalos). Uno de ellos se contactó con Pinilla. Sabía muy bien lo que pasaba en la mina, así que no puede negarlo. Hacía varios días que estaba crujiendo. Yo me presentaré ante la comisión investigadora. Es mi deber", agregó Reygadas.
El asesor del Ministerio del Interior, Cristián Barra, quien participó en el proceso de rescate, reconoció pistas que delataban el colapso. "La opinión de los expertos de Codelco es que esto no ocurrió de un minuto a otro, sino que necesariamente existieron señales de que podía ocurrir un derrumbe", aseveró Barra.
Decir que la mina San José "goteaba" no es novedad. La propia señora Lilianette Ramírez, la mujer de Mario Gómez, el "Navega'o", el rudo minero que intentó escapar trepando por cueros y cables a través de la chimenea, sólo horas después del derrumbe, contaba que su marido repetía, una y otra vez, que tenía miedo a morir en el pique antes de ese fatídico turno.
Esta vez, sin embargo, el goteo se transformó en una lluvia de piedras y tierra. La mina estaba dando un aviso que nadie, salvo los mineros, pareció escuchar.
Miguel Valenzuela, un ex minero del yacimiento San José, amigo de Jorge Galleguillos, el "Galleta", otro de los 33, detalló que el "goteo" y los crujidos eran increíblemente violentos. Incluso, agregó, ya el miércoles 4, uno de los camioneros de las empresas contratistas advirtió al mismo Pinilla del inminente colapso del yacimiento. "Nadie lo escuchó. Y eso que le había caído como media tonelada de tierra y piedras sobre el camión. Las cajas -las paredes del cerro- explotaban a cada rato", explicó Valenzuela.
El rescatista Manuel González, el ex futbolista de O'Higgins y Arica, que fue el primero en bajar el día del salvataje, también constató en entrevista con TVN su sorpresa por no haber visto ninguna fortificación en el pique.
Pinilla, junto al gerente de minas Pedro Simunovic y los dueños de la minera San Esteban, Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn, fueron formalizados a principios de mes por el delito de lesiones graves gravísimas sufridas por el minero Gino Cortés, a quien le fue amputada su pierna por la caída de un planchón el 3 de julio pasado.





MINEROS ACORDARON QUE TODO EL DINERO RECAUDADO POR ENTREVISTAS SE REPARTA EN PARTES IGUALES
El acuerdo lo tomaron antes de ser rescatados, cuando decidieron crear una fundación que ayude a mineros de escasos recursos.
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Más de dos mil periodistas y productores. Las cadenas más poderosas de Chile y el mundo. Radios, periódicos, revistas… Todos quieren obtener la mejor historia de los 33 mineros que estuvieron atrapados en el yacimiento San José. Algunos apelan a la cercanía con los familiares, pero otros están dispuestos a invertir una importante suma para asegurar la exclusiva. Silenciosamente, ofertas millonarias llegan a las tiendas de los personajes más simbólicos del campamento.
De hecho, las propuestas llegaron a oídos de los mismos trabajadores, durante el período que estuvieron atrapados. Por lo mismo, el grupo decidió hacer un pacto de igualdad: todo el dinero que reciban después del rescate, por asistir a programas de televisión o dar entrevistas, irá a un pozo común que se repartirá equitativamente. Esa fue una de las razones por la que se pidió la asistencia de un notario público, para dejar por escrito el acuerdo.
"Decidieron que si alguien va a un programa de televisión, va en representación de todos y, por tanto, el dinero es para todos", explica Cristián Ticona, el hermano mayor de Ariel, el penúltimo nombre en la lista del operativo de salvataje. Su condición de líder (está en el cierre de la nómina) y el hecho de que su esposa, Elizabeth, haya dado a luz durante sus días bajo tierra hacen de él una de las figuras más atractivas de la tragedia.
"Nos han ofrecido hasta siete millones de pesos por una entrevista", cuenta un integrante de su familia. Su padre, Mario Ticona, reconoció contactos con Canal 13, TVN y "otros canales internacionales", explica. Y agrega: "Está bien que los muchachos cobren por contar lo que vivieron. Estos momentos hay que aprovecharlos, para sacar lo bueno de todo lo mal que lo pasaron".
Otro personaje que aglutina el interés de los medios es Raúl Bustos, oriundo de Talcahuano y quien este año también sufrió en la ciudad de la Octava Región el terremoto del 27 de febrero. "Se nos han acercado de todas partes, pero a todos les he dicho lo mismo. La decisión la tomará después Raúl", apunta su esposa, Carolina Narváez.
No es el único. A Claudio Acuña, quien le pidió matrimonio a su pareja durante el encierro, Animal nocturno le propuso pagarle toda la fiesta a cambio de tener los derechos exclusivos. Una inversión que bordea los cinco millones de pesos.
El escritor
Pero sin duda, entre los que estuvieron atrapados, uno de los más solicitados es Víctor Segovia, quien durante los dos meses y fracción de aislamiento aprovechó de registrar en un diario de vida cada jornada de los mineros.
Han sido muchas las ofertas por obtener este documento, según explica su hermano Pedro, quien durante este período ha canalizado todas las propuestas de Chile y el extranjero. "Diarios de Holanda, canales de Francia y Brasil… De acá de Chile, también. He recibido muchas ofertas. Ahora se las entregaré a Víctor para que él decida". Hasta 50 mil dólares les han planteado a los Segovia para obtener los derechos de sus textos.
En este sentido, Pedro Segovia, quien oficia de mánager de su hermano, hace una diferencia en relación al acuerdo de los mineros. "Por lo que conversé con Víctor, todo lo que escribió lo hizo solo, así que no sé si irá a ese pozo en común", apuntó Pedro.
Un canal argentino encontró a un familiar lejano del "escritor" y le pagó los pasajes y la estadía en Copiapó, a cambio de que consiga una entrevista con el minero. La familia de Segovia, sin embargo, no lo ha reconocido como pariente directo y le negó el ingreso al hospital de Copiapó.
Gira en EE.UU. y fiesta de Farkas
En el campamento, sin embargo, se comenta que está acordada una gira a Estados Unidos. Mario Kreutzberger ya habría acordado llevarlos a su programa en Norteamérica. "Apenas se recuperen y estén en condiciones de viajar, se van a Estados Unidos, y creo que después a Europa", asegura la hermana de Darío Segovia, María, conocida como la "alcaldesa".
A eso se sumó el ofrecimiento de Leonardo Farkas de financiarles una fiesta para que celebren, junto a sus familias, el Día del Minero, que pasaron encerrados en la mina. El evento se realizaría a fines de octubre en Diego de Almagro, donde posee una mina.

"ESTOY CONVENCIDO DE QUE EL VERDADERO HÉROE DE LA JORNADA FUE SEBASTIÁN PIÑERA"
"Yo no creía, en lo personal, que los 33 mineros estuvieran vivos", reconoce el hombre que asumió la misión de mantenerlos con vida.
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El día después del rescate de los 33 mineros, el ministro de Salud, Jaime Mañalich -el hombre que era responsable de garantizar la sobrevivencia de los trabajadores durante más de 50 días y su posterior salida de la mina-, dice, sin viso de falsa impostura, haber conseguido la capacidad de volver a creer.
"Los que participamos en esto ganamos mucho más de lo que pudimos dar. Todos somos un poquito o muy diferentes. En mi caso, tengo una gran admiración por estos 33 hombres. Recuperar la capacidad de admirar es muy bueno", arguye en la terraza de su hotel.
Laurence Golborne también cambió. Pasó de ser un ministro de nombre impronunciable a un eventual presidenciable.
Estoy convencido plenamente de que el verdadero héroe de todo fue Sebastián Piñera. Otra persona como Presidente de la República no se mete en esto. La Moneda se movió, contactó gente como (André) Sougarret y eligió al mejor equipo. Respecto de Golborne, el Presidente le pidió que hiciera algo, y lo hizo bien. Si bien está en una nube mediática muy potente, debe tomar decisiones sobre qué hará con su capital. Pero, repito, para mí el héroe de la jornada fue Sebastián Piñera Echenique. Nos movió a todos.
¿Cuáles fueron los mayores problemas que debió enfrentar?
Nosotros teníamos una situación muy aguda: cómo hidratarlos y realimentarlos adecuadamente. Otro tema fue la evaluación de infecciones y de traumas, cuyos resultados fueron negativos. El tercer tema que me preocupó corresponde a una deformación profesional. Mi especialidad es la nefrología. En 11 de ellos se produjo un patrón en la orina que sugería que se podía desarrollar una insuficiencia renal aguda.
¿Pensó alguna vez que los mineros le estaban escondiendo información?
La primera lógica que ellos instalaron, en la conversación con la superficie, fue la de animar a las familias. Claramente, había un contraste entre lo que decían y cómo estaban en realidad. Y el último problema complejo, y que se fue instalando progresivamente, fue la autoridad. No fue una cuestión instantánea.
¿Cómo fue su relación con Yonni Barrios, el minero-médico?
Hablaba con él todos los días. Un hombre extraordinariamente parco y monosilábico. Diseñamos un sistema de enviarle un cuestionario y lo hacía súper bien. Entonces la conversación con él pasó a ser respecto a fulano. "Oye, ¿qué pasa con el diente? ¿Cómo está?". Bien. "Pero, ¿está caliente?". Sí, está caliente. "¿Y tiene adentro pus?". Sí, tiene pus. Había que sacarle la información con sacacorchos, pero los detalles que enviaba eran extraordinariamente precisos.
¿Cuál era el caso que más le preocupaba?
Mario Gómez. Su situación en los últimos días nos preocupó mucho. El día en que se abrió la chimenea, él sintió un brusco cambio de presión y la temperatura bajó de 30 a 24 grados. La humedad cayó de 90 a 70 por ciento. Era una olla a presión. El dijo que notó un cambio y Yonni me contó que su temperatura subió, sin llegar a ser fiebre. Tuvo más tos, le subió el pulso. Empezamos a tratarlo con antibióticos como si fuera una neumonía. Y se comprobó apenas llegó al hospital. El segundo rescatista se dedicó sólo a preparar a Mario Gómez. Era el primero de los lábiles y salió en el número 9, para darle más horas para que hiciera ejercicios respiratorios.
¿Le sorprendió el estado en que salieron?
Mucho. Esperaba que estuvieran mucho más comprometidos anímicamente, intranquilos, ansiosos.
¿Ninguno estaba abatido?
Hay uno, no importa su nombre, que ya en el hospital no pudo dormir. Esto está recién empezando para ellos. Van a tener un tiempo duro, desde el punto de vista sicológico. Todos van a ser entrevistados, todos van a ir a la televisión, todos van a viajar. Vendrán dos meses de mucho glamour, pero después deben empezar la tarea de preguntarse quiénes son ahora. Porque está claro que no son los mismos.
¿Por qué lo eligieron a usted para esta tarea?
Porque el Presidente me conoce y sabe que soy bien mandado. Hago las cosas y no pregunto. Yo no creía, en lo personal, que los 33 mineros estuvieran vivos. Pero lo hice.
Un trabajo para Yonni Barrios
El reencuentro del doctor Mañalich con Yonni Barrios se produjo en el Hospital Regional de Copiapó, dado que el ministro partió en helicóptero con el último de los lábiles, mientras que su colaborador -quien examinaba a sus compañeros, les tomaba el

1 comentario:

  1. PROFE HELENO / HACE MUCHO TIEMPO Q NO LE ESCRIBO UN COMENTARIO, ESPERO Q LA ESTE PASANDO BIEN UN SU CHAMBA.

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