martes, 23 de febrero de 2010

VERSALLES: SÍMBOLO DE PODER


Versalles: símbolo del poder absolutista
1. Discrimina
• ¿De qué manera Luis XIV logró el financiamiento para la construcción del Palacio de Versalles?
• ¿Qué caracterizó al famoso Palacio de Versalles?
• ¿Cuál fue la función política que cumplió Versalles en el gobierno de Luis XIV?
2. Investiga
• Averigua cómo era la vida en el Palacio de Versalles en la época de Luis XIV. Haz una breve exposición en el aula.
Actividades

Las necesidades de una administración centralizada y los enormes gastos provocados por la guerra, obligaron a Luis XIV a imponer a la burguesía urbana y rural elevados impuestos. Esto, además del destino que el monarca le daba al dinero recaudado (el mantenimiento de la lujosa corte de Versalles y el pago de pensiones a muchos nobles), provocó la antipatía hacia su gobierno y su persona.
Convencido de que los palacios ubicados en París eran demasiado modestos para albergar a la figura real, Luis XIV decidió construir un gran palacio a las afueras de la ciudad que estaría destinado a ser residencia real y sede de gobierno, un escenario acorde con su posición de monarca elegido por Dios.
Para eso, en 1661 decidió continuar la obra iniciada por Luis XIII: construir un gigantesco y lujoso palacio en Versalles, unos pocos kilómetros al sudoeste de París. Durante algunas fases de la construcción llegaron a trabajar más de 30 000 obreros y artesanos, todos ellos escogidos entre los mejores y más hábiles del reino.
Versalles debía convertirse en la residencia oficial de los reyes de Francia, lo cual no sólo apartaría a la figura real de París, sino que establecería una distancia física que simbolizaría la distancia que separaba al monarca del resto de los humanos.
Luis XIV y Luis XV obligaron a lo más destacado de la nobleza a trasladarse al palacio para residir en él. De este modo, los reyes lograron dos objetivos: primero, apartaron a los grandes nobles de sus castillos y de sus propios territorios, quitándoles así la posibilidad de defenderse o reclutar fuerzas propias para resistir al soberano; segundo, la presencia de los nobles ofrecían el marco ideal para elevar aún más la figura del rey. Versalles, entonces, se convirtió en centro de la administración real y, al mismo tiempo, en la sede de interminables recepciones y fiestas que se realizaban en sus extensos jardines o en el famoso Salón de los Espejos.
Los jardines del palacio fueron concebidos de modo tal que la naturaleza aparece ordenada según los cánones de la arquitectura. Las avenidas en forma de cuadrícula, los bosquecillos, las lagunas artificiales y los espacios libres…, todo salpicado por estatuas y pequeños edificios. Entre estos últimos, el más conocido es el Gran Trianon, una especie de casa de reposo construida por orden de Luis XIV. Este modelo de naturaleza regular fue denominado “jardín francés”.
A pesar de su exquisito esplendor, sólo tres reyes residieron en este palacio. Alcanzó su época de mayor brillo durante el reinado de Luis XV. Su tercer ocupante, Luis XVI, fue obligado a dejar esta residencia en 1789,
al estallar la Revolución Francesa.

EL AGUA EN LIMA


El agua en Lima
“Cuando los españoles llegaron al valle del río Rímac, se encontraron con un organizado señorío, conocido como Lima. Esta gobernación estaba, a su vez, dividida en tres grandes pueblos o ayllus formados por unas diez mil familias cada uno: Maranga, Carabayllo y Surco.
Los habitantes del valle, para ese entonces súbditos del Tahuantinsuyo, poseían excelentes técnicas hidráulicas que les permitieron convertir el árido desierto en una zona de habitación y de cultivo. Canales y acequias llevaban el agua de los ríos hasta las chacras, en donde crecía una gran variedad de árboles frutales y hortalizas.
Ante ello, Francisco Pizarro decidió establecerse en los territorios que por aquel entonces pertenecían al cacique Taulichusco. Fue así como, en la margen izquierda del río Rímac, se fundó la ciudad de Lima, compuesta por 111 vecinos ‘de buena casta y gentiles, además de muchos negros esclavos y algunos indios de servicio’ [que vivían en la reducción del Cercado].
Pronto proliferaron los molinos y más chacras en la ribera del río Rímac. La bonanza, producto del agua del río, fue tal que los viajeros exclamaban: ‘Desde fuera no parece ciudad, sino un bosque con muchos huertos’.
Sin embargo, la cercanía a un creciente número de viviendas y el mal uso que se daba a los desperdicios contaminó las aguas del río en muy poco tiempo. Por ello, el Cabildo emprendió una serie de obras para traer agua de los manantiales y puquios que brotaban de un lugar denominado La Atarjea.
Luego de más de diez años de trabajos, el agua llegó por tuberías de arcilla cocida hasta la fuente de la Plaza Mayor. El 21 de diciembre de 1578, Lima festejó con gran pompa la llegada del agua a la ciudad.
Pronto, el suministro de agua llegó a cinco fuentes públicas, nueve órdenes religiosas y a las mansiones señoriales de 22 autoridades y vecinos notables. [...] Para el año 1613, Lima contaba con 26 000 habitantes, los cuales se abastecían de las fuentes y piletas. Completaban el abastecimiento de la ciudad los llamados ‘aguadores’, quienes vendían el agua en pipas o barrilitos que cargaban en burros por las calles de Lima.
En el siglo XVIII, el río Rímac se convertía en el lugar de descanso y recreo de los limeños. A través del puente construido por el marqués de Montesclaros, llegaban hasta aquí los vecinos para disfrutar del aire libre, las flores y la sombra de los grandes árboles. [...]
Para mediados del siglo XIX, Lima contaba con
100 000 habitantes, lo que hacía necesario ampliar el suministro de agua. La primera Empresa de Agua de Lima cambió las tuberías de arcilla por tubos de fierro fundido y llegó a abastecer 6500 servicios de toda la ciudad.
El siglo XX trajo consigo nuevos y mayores cambios y retos. Para 1940, la ciudad ya tenía 400 000 habitantes, que llegaron a siete millones en 1993. En 1956, se construyó la primera planta de tratamiento de agua.
Aquella Lima de árboles y campiñas había desaparecido para dar paso a una enorme metrópoli, que continúa creciendo desordenadamente hasta nuestros días, devorando las zonas fértiles y contribuyendo a la paulatina desertificación del valle”.
Ecología del Perú, tomo II. Adobe Editores.
1. Analiza
• ¿De qué manera los habitantes prehispánicos del valle del Rímac emplearon los recursos hídricos del río?
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• ¿Cuáles fueron las condiciones que apreciaron los españoles para fundar la ciudad de Lima en este valle?
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• ¿Qué impacto tuvo la edificación de la ciudad en el valle? ¿Qué medidas tomaron las autoridades coloniales?
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2. Reflexiona
• Actualmente, Lima es una ciudad de más de siete millones de habitantes. ¿Cuáles crees que son los principales problemas que existen en relación con el abastecimiento de agua potable? ¿A qué se deben?
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• ¿Cuáles son las áreas de la ciudad más afectadas?
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3. Investiga
• ¿En qué consiste el programa “Agua para todos”?
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UNA HISTORIA PARA REFLEXIONAR

Historias Urbanas
La mariposita
Un relato sobre la importancia del esfuerzo y el sacrificio en nuestra vida.
Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo. Un hombre se sentó y observó a la mariposa por varias horas y como ella se esforzaba para que su cuerpo pasara a través de aquel pequeño espacio. Entonces parecía que se había dado por vencida pues no se veía ningún movimiento y no parecía hacer ningún progreso.
Por el contrario, parecía que había hecho más de lo que podía y aun así no conseguía salir. Entonces el hombre decidió ayudarla. Tomo una tijera y con ella cortó el capullo para que la mariposa pudiese salir. La mariposa salió con una gran facilidad. Pero su cuerpo estaba atrofiado, muy pequeño y con las alas maltratadas. El hombre continuó observando a la mariposa porque esperaba que en cualquier momento sus alas se fortalecieran, se abrieran con fuerza y fueran capaces de soportar su peso afirmándose con el tiempo. Pero nada pasó. En realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con el cuerpo atrofiado y con las alas maltratadas y encogidas. Nunca fue capaz de volar. Lo que el hombre en su gentileza y deseo de ayudar, no comprendía era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para salir por el pequeño agujero era el modo en que Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa fuese hacia sus alas de modo que estuviera lista para volar una vez que hubiese salido del capullo.
Así, algunas veces es el esfuerzo lo que justamente necesitamos en nuestras vidas. Si Dios nos dejase pasar por la vida sin ningún esfuerzo, sin ningún obstáculo, nos dejaría "incapacitados", "discapacitados", "inválidos". No seríamos tan fuertes como podríamos haber sido. Y nunca podríamos volar.